Un linaje de gracia

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Un linaje de gracia, libros 1-5

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Esta compilación de los cinco libros en la serie de mayor venta Un Linaje de Gracia comparte las historias de cinco mujeres que Dios usó para cambiar la eternidad. Tamar, traicionada por los hombres que controlaban su futuro, luchó por su derecho a creer en un Dios amoroso. Rahab, una mujer con un pasado ínfame, recibió de Dios un futuro prometedor. Rut, renunció a todo, sin esperar nada a cambio, y Dios la honró. Betsabé, despertó la pasión de un rey con su belleza, y su dolor movió el corazón de Dios. María respondió en simple obediencia al llamado de Dios en el momento que toda la eternidad había estado esperando. Cada una enfrentó retos extraordinarios y aun escandalosos, cada una tomó un gran riesgo personal para cumplir con su llamado, y cada una estaba destinada a desempeñar un papel clave en el linaje de Jesucristo.

UNO

Cuando Tamar vio a Judá guiando a un asno cargado de costales y una alfombra fina, tomó su azada y corrió hacia el extremo más alejado de la tierra de su padre. Con un mal presentimiento, le dio la espalda a la casa mientras trabajaba, esperando que él siguiera de largo y buscara a cualquier otra muchacha para su hijo. Cuando su nodriza la llamó, Tamar fingió que no la había oído y golpeó más fuerte la tierra con su azada. Las lágrimas la cegaban.

—¡Tamar! —jadeó Acsa cuando la alcanzó—. ¿No viste a Judá? Debes volver a la casa conmigo ahora mismo. Tu madre está a punto de mandar a tus hermanos a buscarte, y a ellos no les agradará tu demora. —Acsa hizo una mueca—. No me mires así, niña. Esto no es culpa mía. ¿Preferirías un matrimonio con uno de esos mercaderes ismaelitas en ruta a Egipto?

—Tú has oído hablar del hijo de Judá igual que yo.

—Me han contado. —Estiró su mano y Tamar le entregó la azada de mala gana—. Quizás no sea tan malo como piensas.

Pero Tamar vio en la mirada de su nodriza que Acsa tenía serias dudas.

La madre de Tamar salió a su encuentro y agarró a Tamar del brazo.

—Si tuviera tiempo, ¡te daría una paliza por haber salido corriendo! —Arrastró a Tamar al interior de la casa y al área de las mujeres.

En cuanto Tamar cruzó la puerta, sus hermanas le pusieron las manos encima y tironearon de su ropa. Tamar dio un grito ahogado de dolor cuando una le arrancó descuidadamente la tela que cubría su cabeza y tiró también de su cabello.

—¡Basta! —Levantó las manos para protegerse de ellas, pero su madre intervino.

—¡Quédate quieta, Tamar! Como Acsa tardó tanto tiempo en traerte, debemos apurarnos.

Las muchachas hablaban todas a la vez, alborotadas, entusiasmadas.

—¡Madre, déjame ir como estoy!

—¿Recién llegada del campo? ¡No lo harás! Te presentaremos con lo mejor que tenemos. Judá trajo obsequios. Y no te atrevas a avergonzarnos con tus lágrimas, Tamar.

Con un nudo en la garganta, Tamar hizo un esfuerzo por dominarse. No le quedaba otra alternativa que someterse a las atenciones de su madre y sus hermanas. Estaban usando las mejores prendas y el mejor perfume para presentarla ante Judá, el hebreo. El hombre tenía tres hijos. Si lo complacía, sería el primero, Er, quien se convertiría en su esposo. Durante la última cosecha, cuando Judá y sus hijos habían traído a sus rebaños a pastar en los campos segados, el padre de Tamar le había ordenado que trabajara cerca de ellos. Tamar sabía qué esperaba conseguir con eso. Al parecer, lo había logrado.

—Madre, por favor. Necesito uno o dos años más antes de estar lista para tener mi propia casa.

—Tu padre es quien decide cuándo tienes la edad suficiente. —Su madre no la miraba a los ojos—. No tienes derecho a cuestionar sus decisiones. —Las hermanas de Tamar parloteaban como urracas, lo cual le dio ganas de gritar. Su madre batió las palmas—. ¡Basta! ¡Ayúdenme a preparar a Tamar!

Tamar apretó la mandíbula y, cerrando los ojos, decidió que debía resignarse a su destino. Siempre había sabido que algún día se casaría. También había sabido que su padre elegiría a su esposo. Su único consuelo eran los diez meses que duraba el compromiso. Por lo menos tendría tiempo para preparar su mente y su corazón para la vida que se le avecinaba.

Acsa le tocó el hombro:

—Trata de relajarte. —Soltó el cabello de Tamar y empezó a peinarlo con movimientos largos y firmes—. Piensa en cosas que te tranquilicen, querida.

Se sentía como un animal que su padre estaba preparando para vender. Y, ¿acaso no lo era? Se llenó de indignación y desesperación. ¿Por qué la vida tenía que ser tan cruel e injusta?

—Petra, trae el aceite aromático y frótale la piel con eso. ¡No debe oler como una esclava del campo!

—Sería mejor si oliera a ovejas y a cabras —dijo Acsa—. Al hebreo le gustaría.

Las muchachas se rieron, a pesar de la reprimenda de su madre.

—No estás ayudando, Acsa. Ahora, ¡silencio!

Tamar agarró la falda de su madre:

—Por favor, madre. ¿No podrías hablarle a mi padre por mí? Ese muchacho es… ¡malvado! —Las lágrimas salieron atropelladamente y no pudo detenerlas—. Por favor, no quiero casarme con Er.

Su madre frunció la boca, pero no se ablandó. Desprendió las manos de Tamar de su falda y las sujetó fuertemente entre las suyas.

—Sabes que no puedo cambiar los planes de tu padre, Tamar. ¿De qué serviría ahora que yo dijera algo en oposición a esta unión, salvo deshonrarnos a todos? Judá ya está aquí.

Tamar aspiró un sollozo irregular y el temor corrió por todo su cuerpo.

Su madre la tomó del mentón, obligándola a levantar la cabeza.

—Yo te preparé para este día. No nos sirves para nada si no te casas con Er. Tómalo como es: buena suerte para la casa de tu padre. Tú tenderás un puente entre Zimram y Judá. Tendremos una garantía de paz.

—Nosotros somos más que ellos, madre.

—Los números no siempre son lo importante. Ya no eres una niña, Tamar.

Eres más valiente que lo que estás demostrando.

—¿Más valiente que mi padre?

Los ojos de su madre se oscurecieron de ira. Soltó abruptamente a Tamar.

—Harás lo que te digan, o sufrirás todas las consecuencias de tu desobe diencia.

Vencida, Tamar no dijo nada más. Lo único que había logrado era humillarse a sí misma. Quería gritarles a sus hermanas que terminaran con su parloteo tonto. ¿Cómo podían alegrarse de su infortunio? ¿Qué importaba si Er era atractivo? ¿Acaso no habían oído hablar de su crueldad? ¿No sabían de su arrogancia? ¡Er tenía fama de causar problemas dondequiera que fuera!

—Más kohl en los ojos, Acsa. Así parecerá mayor que la edad que tiene.

Tamar no podía dominar el latido frenético de su corazón. Se le humedecieron las palmas de las manos. Si todo salía como su padre esperaba, su futuro se decidiría ese mismo día.

Esto es bueno, se dijo Tamar a sí misma. Es algo bueno. Sentía la garganta caliente y tensa por el llanto.

—Levántate, Tamar —dijo su madre—. Déjame mirarte.

Tamar obedeció. Su madre suspiró largamente y tiró de los pliegues del vestido rojo de Tamar, reacomodando el frente.

—Debemos disimular su falta de curvas, Acsa, o a Zimram le costará mucho convencer a Judá de que ella tiene la edad suficiente para quedar embarazada.

—Puedo mostrarle el paño, mi señora.

—Bien. Tenlo listo, en caso de que lo requiera.

Tamar sintió que un calor intenso corría por su rostro. ¿No había nada privado? ¿Todos tenían que hablar de los sucesos más personales de su vida? Su primer flujo de sangre había anunciado su condición de mujer y su utilidad como herramienta de negociación para su padre. Ella era una mercancía para ser vendida, una herramienta para forjar una alianza entre los dos clanes, un sacrificio para una garantía de paz. Había guardado esperanzas de que la pasaran por alto un par de años más. Catorce años le parecía demasiado joven para provocar el interés de un hombre.

Esto es algo bueno, se dijo Tamar a sí misma otra vez. A pesar de los otros pensamientos que le venían de repente y del miedo que le apretaba el estómago, se repitió las palabras una y otra vez, tratando de convencerse. Esto es algo bueno.

Tal vez si no hubiera escuchado esas historias…

Desde que Tamar tenía memoria, su padre siempre le había temido a Judá y a su pueblo. Había escuchado los relatos sobre el poder del Dios de los hebreos, un dios que había reducido a escombros a Sodoma y a Gomorra bajo una tormenta de fuego y azufre que había convertido su territorio en un páramo de arena blanca y un mar salado que era cada vez más grande. ¡Ningún dios cananeo había dado muestras de semejante poder!

Y estaban los relatos de lo que los hebreos le habían hecho al pueblo de Siquem, los relatos del caos…

—¿Por qué tiene que ser así, madre? ¿Acaso no tengo ninguna opción de elegir en qué me convertiré?

—No más opciones que cualquier otra muchacha. Sé cómo te sientes. Yo no era mayor que tú cuando entré en la casa de tu padre. Así son las cosas, Tamar. ¿Acaso no te he preparado para este día desde que eras pequeña? Te he dicho para qué naciste. Luchar contra tu destino es como pelear contra el viento. —Agarró a Tamar de los hombros—. Sé una buena hija y obedece sin caprichos. Sé una buena esposa y ten muchos hijos varones. Haz estas cosas y recibirás gran honra. Si eres afortunada, tu esposo llegará a amarte. Y si no, tu futuro estará asegurado en las manos de tus hijos varones. Cuando seas anciana, ellos te cuidarán, así como tus hermanos me cuidarán a mí. La única satisfacción que tiene la mujer en esta vida es saber que ha acrecentado la familia de su esposo.

—Pero hablamos del hijo de Judá, madre. Es Er, el hijo de Judá.

Los ojos de su madre parpadearon, pero se mantuvo firme.

—Busca la manera de cumplir con tu deber y dale hijos. Tienes que ser fuerte, Tamar. Estas personas son violentas e impredecibles. Y son orgullosos.

Tamar desvió la mirada.

—No quiero casarme con Er. No puedo casarme con él…

Su madre la agarró del cabello y le jaló cabeza hacia atrás.

—¿Destruirías a nuestra familia humillando a un hombre como este hebreo? ¿Crees que tu padre te permitirá vivir si entras en ese cuarto y le suplicas que te salve de casarte con Er? ¿Crees que Judá tomaría a la ligera semejante insulto? Te lo advierto: yo misma acompañaré a tu padre a apedrearte si te atreves a poner en riesgo la vida de mis hijos. ¿Me escuchas? Tu padre decide con quién y cuándo te casarás, ¡no tú! —La soltó bruscamente y se alejó, temblando—. ¡No actúes como una tonta!

Tamar cerró los ojos. El silencio en la habitación era pesado. Sintió que sus hermanas y su nodriza la miraban fijamente.

—Lo siento. —Le tembló el labio—. Perdón. Haré lo que debo hacer.

—Como debemos hacer todos. —Suspirando, su madre le tomó la mano y la

frotó con aceite aromático—. Sé astuta como una serpiente, Tamar. Judá demostró ser sensato al tenerte en cuenta. Eres fuerte, más fuerte que las demás. Aún no conoces la agudeza y la fortaleza que tienes. Este hebreo se ha interesado en ti. Por el bien de todos nosotros, tienes que complacerlo. Sé una buena esposa para su hijo. Construye un puente entre nuestros pueblos. Mantén la paz entre nosotros.

El peso de la responsabilidad que recibía la hizo agachar la cabeza.

—Lo intentaré.

—Harás más que intentarlo. Tendrás éxito. —Su madre se inclinó y le besó la mejilla bruscamente—. Ahora, siéntate en silencio y serénate, mientras mando a decir a tu padre que ya estás lista.

Tamar trató de pensar con calma. Judá era uno de los hijos de Jacob que habían aniquilado al pueblo de Siquem por la violación de su hermana. Tal vez, si el hijo de Hamor hubiera sabido más sobre estos hombres, habría dejado tranquila a la muchacha. Cuando se dio cuenta de su error, hizo todos los intentos posibles por apaciguar a los hijos de Jacob. Ellos querían sangre. El príncipe y su padre aceptaron obligar a que todos los hombres de Siquem fueran mutilados mediante el rito hebreo de la circuncisión. ¡Estaban desesperados por concretar una alianza matrimonial y garantizar la paz entre las dos tribus! Hicieron todo lo que los hebreos les habían exigido y, sin embargo, tres días después de que los siquemitas fueran circuncidados, mientras todos aún tenían fiebre, Judá y sus hermanos se vengaron. No se contentaron con la sangre del culpable; mataron a espada a todos los hombres. No sobrevivió ni uno, y saquearon la ciudad.

Los hebreos hedían ante las narices cananeas. Su presencia invocaba temor y desconfianza. A pesar de que Judá había abandonado el campamento de su padre y había venido a vivir entre el pueblo de Tamar, su padre nunca había dormido tranquilo teniendo a Judá tan cerca. Ni siquiera la antigua amistad de Judá con Hira, el adulamita, tranquilizaba a su padre. Tampoco le importaba que Judá se hubiera casado con una mujer cananea, la cual le había dado tres hijos y los había criado según las costumbres cananeas. Judá era hebreo. Judá era un extranjero. Judá era una espina clavada en el lado de Zimram.

A través de los años, su padre había hecho contratos con Judá para traer rebaños a sus campos cosechados. El arreglo había resultado beneficioso para todos y había dado lugar a una alianza tentativa. A lo largo de todos esos años, Tamar había sabido que su padre buscaba una manera mejor y más duradera de mantener la paz con los hebreos. Un matrimonio celebrado entre ambas familias podría llegar a garantizárselo, si ella lograba bendecir la casa de Judá dándole hijos.

Ah, Tamar comprendía la determinación de su padre de concretar su matrimonio con Er. Incluso entendía cuánto lo necesitaba su padre. Comprendía el papel que ella tenía en todo eso. Pero comprenderlo no hacía más fáciles las cosas. Al fin y al cabo, era ella a quien estaban ofreciendo como cordero sacrificial. No podía elegir entre casarse o no hacerlo. No podía elegir con quién casarse. Su única decisión era cómo enfrentaría su destino.

Cuando su madre volvió, Tamar estaba lista. Sus sentimientos quedaron ocultos mientras se agachaba en reverencia ante ella. Cuando levantó la cabeza, su madre puso ambas manos sobre ella y murmuró una bendición. Luego, levantó el mentón de Tamar.

—La vida es difícil, Tamar. Lo sé mejor que tú. Toda muchacha sueña con el amor cuando es joven, pero esto es la vida, no sueños sin sentido. Si hubieras sido la primera, te habríamos mandado al templo de Timna en lugar de tu hermana.

—No habría sido feliz allí. —De hecho, habría preferido quitarse la vida antes que vivir la vida que llevaba su hermana.

—Entonces, esta es la única vida que te queda, Tamar. Acéptala.

Resuelta a hacerlo, Tamar se puso de pie. Trató de calmar su temblor mientras caminaba detrás de su madre saliendo del área de las mujeres. Tal vez Judá decidiría que ella era demasiado joven. Podía decir que era demasiado delgada, demasiado fea. Quizás, todavía podría salvarse de casarse con Er. Pero, a la larga, eso no cambiaría nada. La verdad era demasiado dura para enfrentarla. Tenía que casarse, porque una mujer sin marido y sin hijos era como una mujer muerta.

***

Judá observó detenidamente a la hijaqdeZimram cuando entró en la sala. Era alta, delgada y muy joven. También era serena y agraciada. Le gustaba cómo se movía mientras servía la comida con su madre. Había notado su elegancia juvenil durante su última visita después de la cosecha. Zimram había puesto a la muchacha a trabajar en el campo junto al pastizal de manera que Judá y sus hijos pudieran verla. Se había dado cuenta plenamente de las intenciones de Zimram al mostrarla de esa manera. Ahora, mirándola más de cerca, la muchacha parecía demasiado joven para ser una esposa. No podía ser mayor que Sela, y Judá lo dijo en voz alta.

Zimram rio.

—Por supuesto que es joven, pero es mejor así. Una muchacha joven es más moldeable que una mayor. ¿No te parece? Tu hijo será su baal. Será su maestro.

—¿Y qué hay de los hijos?

Zimram volvió a reírse; el sonido irritó a Judá.

—Te aseguro, Judá, amigo mío, que Tamar tiene la edad suficiente para tener hijos y lo ha sido desde la última cosecha, cuando Er se fijó en ella. Tenemos prueba de eso.

Los ojos de la muchacha parpadearon en dirección a su padre. Estaba ruborizada y visiblemente avergonzada. Judá se sintió peculiarmente conmovido por su pudor y la estudió sin reservas.

—Acércate, muchacha —dijo, llamándola con un gesto. Quería mirarla a los ojos. Tal vez, así sabría mejor por qué había siquiera pensado en ella cuando le había cruzado por la mente el tema del matrimonio.

—No seas tímida, Tamar. —Zimram apretó los labios—. Deja que Judá vea lo hermosa que eres. —Cuando ella levantó la cabeza, Zimram asintió—. Eso es. Sonríe y muéstrale a Judá qué dientes magníficos tienes.

A Judá no le interesaban su sonrisa ni sus dientes, aunque lucían bien. Le importaba su fertilidad. Por supuesto, no había manera de saber si podía darle hijos varones a su clan hasta que estuviera casada con su hijo. La vida no tenía garantías. Sin embargo, la muchacha provenía de buena crianza. Su madre había tenido seis hijos y cinco hijas. Además, debía ser fuerte, pues la había observado en los campos, sachando la tierra dura y cargando piedras hasta el muro. A una muchacha débil la habrían mantenido dentro de la casa, haciendo alfarería o hilando.

—Tamar. —Su padre le hizo un gesto—. Arrodíllate ante Judá. Deja que te mire más de cerca.

Ella obedeció sin dudar. Su mirada era oscura pero no dura, su piel era rubicunda e irradiaba buena salud. Una muchacha así quizás enternecería el corazón duro de su hijo y lo haría arrepentirse de sus maneras desenfrenadas. Judá se preguntaba si ella tendría el valor necesario para ganarse el respeto de Er. Su padre era un cobarde. ¿Lo era ella? Er no le había traído más que dolor desde que tuvo la edad suficiente para caminar, y lo más probable era que a esta muchacha también le causaría aflicción. Ella tendría que ser fuerte y resistente.

Judá sabía que la culpa de la rebeldía de Er era solo suya. Nunca debió haberle dado a su esposa tanta libertad para criar a sus hijos. Creyó que dejarlos completamente libres haría que crecieran felices y fuertes. Bueno, eran felices siempre y cuando se salieran con la suya, y eran lo suficientemente fuertes como para abusar de los demás si no hacían las cosas como ellos querían. Eran presuntuosos y altaneros por la falta de disciplina. ¡Habrían resultado mejores si hubiera usado la vara más seguido con ellos!

¿Ablandaría esta muchacha a Er? ¿O él la endurecería y quebraría su espíritu?

Cuando lo miró a los ojos, vio en ella inocencia e inteligencia. Sintió una desesperanza inquietante. Er era su primogénito, la primera muestra de la fuerza de sus entrañas. Había sentido mucho orgullo y alegría cuando el niño nació, mucha esperanza. Ah, había pensado, ¡es carne de mi carne, sangre de mi sangre! Cómo se había reído cuando el tierno retoño se paró con la cara enrojecida de furia, negándose a obedecer a su madre. Lo había divertido la rebeldía apasionada de su hijo; había estado estúpidamente orgulloso de ello. Este niño será un hombre fuerte, se había dicho a sí mismo. Ninguna mujer le diría a Er cómo vivir.

Judá nunca había previsto que su hijo lo desafiaría a él también.

Onán, su segundo hijo, estaba poniéndose tan difícil como Er. Había crecido amenazado por los celos iracundos de su hermano mayor y había aprendido a cuidarse a fuerza de astucia y engaños. Judá no sabía cuál de los dos era peor. Ambos eran traicioneros. No se podía confiar en ninguno.

El tercer hijo, Sela, estaba imitando los modos de sus hermanos. Cuando los confrontaban con algún error, los hijos de Judá mentían o culpaban a otros. Cuando se les presionaba lo suficiente para sacarles la verdad, apelaban a su madre, quien los defendía sin importarle cuán repudiables fueran sus delitos. Su orgullo le impedía ver los defectos de ellos. Después de todo, eran sus hijos y eran cananeos de la cabeza a los pies.

Tenía que hacer algo o Er avergonzaría a Judá ante todo el mundo. Judá estaba casi arrepentido de haber tenido hijos, ¡pues sembraban el caos en su familia y en su vida! Había momentos en que su furia era tan intensa, que solo faltaría levantar una lanza y arrojársela a alguno de ellos.

Judá solía pensar en su padre, Jacob, y en la aflicción que él había sufrido a causa de sus hijos. Judá le había causado tanto dolor a su padre como el resto. Er y Onán les recordaban a sus hermanos Simeón y Leví. Pensar en sus hermanos reavivó los recuerdos oscuros del grave pecado que él mismo había cometido; el pecado que lo perseguía, que lo había alejado del hogar de su padre porque no podía soportar ver el dolor que había causado ni podía estar en compañía de los hermanos que habían participado en lo que había hecho.

Su padre, Jacob, ni siquiera sabía toda la verdad de lo que había sucedido en Dotán.

Judá trató de consolarse a sí mismo. Había impedido que Simeón y Leví mataran a su hermano José, ¿cierto? Pero también recordó que fue él quien los indujo a vender al muchacho a los mercaderes ismaelitas que iban en camino a Egipto. Había sacado una ganancia a costa del sufrimiento del chico… ganancia compartida con sus hermanos. Solo Dios sabía si José había sobrevivido al viaje largo y difícil hasta Egipto. Lo más probable es que hubiera muerto en el desierto. De lo contrario, ahora sería esclavo de algún egipcio.

A veces, en la hora más oscura de la noche, Judá permanecía desvelado en su esterilla, colmado por la agonía del remordimiento, pensando en José. ¿Cuántos años pasarían antes de que pudiera superar el pasado y olvidar las cosas que había hecho? ¿Cuántos años debían pasar para que, al cerrar los ojos, no viera las manos encadenadas de José, su cuello rodeado por una soga, mientras los mercaderes ismaelitas se lo llevaban a la fuerza? Los alaridos del muchacho pidiendo ayuda aún resonaban en la mente de Judá.

Le quedaba el resto de su vida para arrepentirse de sus pecados, años para vivir con ellos. A veces, Judá juraba que podía sentir la mano de Dios exprimiéndole la vida por haber conspirado en la destrucción de su propio hermano.

Zimram aclaró su garganta. Judá recordó dónde estaba y por qué había ido a la casa de este cananeo. No debía permitir que su mente se distrajera ni dejar que el pasado se entrometiera en lo que tenía que hacer con respecto al futuro. Su hijo necesitaba una esposa: una esposa joven, atractiva y fuerte que pudiera distraerlo de sus confabulaciones y estrategias malvadas. La boca de Judá se tensó mientras analizaba a la muchacha cananea arrodillada frente a él. ¿Estaba cometiendo otro error? Él mismo se había casado con una cananea y lo lamentaría toda su vida. Ahora, estaba llevando a otra a su familia. Sin embargo, le gustaba esta chica cananea. ¿Por qué?

Judá levantó el mentón de la muchacha. Sabía que ella debía estar aterrada, pero lo disimulaba bien. Esa habilidad sería muy útil para lidiar con Er. Parecía muy joven e ingenua. ¿Destruiría su hijo su inocencia y la corrompería, como tenía tantas ganas de hacer con otros?

Endureciéndose, Judá retiró la mano y se echó hacia atrás. No tenía la intención de dejar que Er cometiera los mismos errores que él. La lujuria lo había llevado a casarse con la madre del muchacho. La belleza era una trampa que atrapaba al hombre, así como la pasión descontrolada arrasaba con la razón. El carácter de la mujer era muy importante en un matrimonio. Judá debería haber seguido la costumbre y dejar que su padre eligiera una esposa para él. En cambio, fue terco y arrebatado, y ahora sufría su falta de sensatez.

No bastaba con que la mujer avivara la pasión del hombre. También tenía que ser fuerte, pero estar dispuesta a ceder. La mujer empecinada era una maldición para el hombre. Había sido risible su seguridad juvenil de que podría doblegar a su mujer a sus costumbres. Más bien, fue él quien se doblegó ante las de Bet-súa . Se había engañado a sí mismo creyendo que no había ningún problema en darle a su esposa la libertad de mantener el culto que ella deseara. ¡Ahora estaba recogiendo tempestades con sus hijos idólatras!

Tamar tenía una disposición más apacible que Bet-súa . Tenía coraje. Parecía inteligente. Sabía que era fuerte porque la había visto trabajar duramente. Su esposa, Bet-súa , se alegraría al respecto. Sin duda cargaría a la muchacha con sus quehaceres hogareños tan pronto como pudiera. La cualidad que más le importaba era su fertilidad, y solo sabría eso con el tiempo. Las cualidades que él podía ver eran más que suficientes. Sin embargo, la muchacha tenía otra cosa que él no podía explicar: algo excepcional y maravilloso que lo hizo decidirse a tenerla en su familia. Fue como si una serena voz estuviera diciéndole que la eligiera.

—Me agrada la muchacha.

Zimram suspiró.

—¡Eres un hombre sabio! —Le hizo un gesto con la cabeza a su hija. Despedida de esta manera, Tamar se levantó. El cananeo se veía claramente ansioso por comenzar la negociación. Judá observó a la muchacha mientras salía de la sala con su madre. Zimram dio unas palmadas; dos sirvientas entraron apresuradamente, una con una fuente con granadas y uvas, otra con cordero asado—. Come, hermano mío, después hablaremos.

Judá no se dejaría manipular tan fácilmente. Antes de tocar la comida, hizo una oferta por la muchacha. Con los ojos encendidos, Zimram se lanzó de lleno y empezó a regatear el valor de la muchacha.

Judá decidió ser generoso. El matrimonio, pese a no haberle causado felicidad, le había traído alguna estabilidad y rumbo. A lo mejor, Er podría desviarse de la misma manera de su vida desenfrenada. Además, Judá quería pasar el menor tiempo posible con Zimram. Los modales insinuantes del hombre lo fastidiaban.

Tamar. Su nombre significaba «palma datilera». Era un nombre dado a alguien que sería hermosa y agraciada. La datilera sobrevive en el desierto y produce un fruto dulce y nutritivo, y la muchacha provenía de una familia fértil. La datilera se mece con los vientos del desierto sin romperse y sin ser arrancada de raíz, y esta muchacha tendría que enfrentarse al temperamento variable e irascible de Er. La datilera podía sobrevivir en un entorno hostil, y Judá sabía que Bet-súa  vería a esta joven como su rival. Judá sabía que su esposa se enfrentaría a la joven novia porque Bet-súa  era vanidosa y tendría celos de los afectos de su hijo.

Tamar.

Judá esperaba que la muchacha tuviera la capacidad de albergar toda la promesa que su nombre implicaba.

***

Tamar esperó mientras se decidía su destino. Cuando su madre se paró en la puerta, supo que el asunto de su futuro estaba decidido.

—Ven, Tamar. Judá tiene obsequios para ti.

Se levantó, paralizada por dentro. Era un momento para regocijarse, no para llorar. Su padre ya podía dejar de tener miedo.

—Ah, hija. —Su padre sonreía de oreja a oreja. Obviamente había conseguido un alto precio por ella, pues nunca antes la había abrazado con tanto cariño. ¡Hasta le dio un beso en la mejilla! Ella levantó el mentón y lo miró a los ojos, deseando que supiera qué le había hecho al entregarla a un hombre como Er. Quizás él sentiría algo de vergüenza por usarla para protegerse a sí mismo.

No fue así.

—Saluda a tu suegro.

Resignada a su destino, Tamar se postró delante de Judá. El hebreo posó una de sus manos sobre su cabeza, la bendijo y le ordenó que se levantara. Cuando lo hizo, él sacó aretes y brazaletes de oro de un bolso que llevaba a la cintura y se los colocó. Los ojos de su padre brillaban, pero a ella se le cayó el alma a los pies.

—Prepárate para partir en la mañana —le dijo Judá.

Estupefacta, habló sin pensar:

—¿En la mañana? —Miró a su padre—. ¿Y qué del compromiso matrimonial…?

La expresión de su padre le advirtió que se callara.

—Judá y yo lo celebramos esta noche, hija mía. Acsa empacará tus cosas y te acompañará mañana. Todo está arreglado. Tu esposo te espera con ansias.

¿Tanto miedo tenía su padre que no había solicitado el período de compromiso de diez meses que se acostumbraba para prepararla para la boda? ¡Ella ni siquiera tendría una semana para adaptarse a su inminente casamiento!

—Puedes irte, Tamar. Prepárate para partir en la mañana.

Cuando entró en el área de las mujeres, vio que su madre y sus hermanas ya estaban empacando por ella. Incapaz de seguir conteniendo sus sentimientos, Tamar rompió en llanto. Sin consuelo, lloró toda la noche, aun después de que sus hermanas se quejaran y le rogaran que dejara de hacerlo.

—Ya les llegará el día —les dijo furiosa—. ¡Algún día, entenderán!

Acsa la abrazó y la acunó, y fue la última noche que Tamar se aferró a su niñez.

Cuando salió el sol, se lavó el rostro y se vistió con sus velos nupciales.

Su madre se le acercó.

—Conténtate, querida. Judá pagó mucho por ti. —Su voz estaba ahogada por las lágrimas y sonaba ligeramente amargada—. Ese hebreo vino con un asno cargado de obsequios. Se vuelve a casa con solo su sello y su bastón.

—Y conmigo —dijo Tamar en voz baja.

Los ojos de su madre se llenaron de lágrimas.

—Cuídala muy bien, Acsa.

—Lo haré, mi señora.

Su madre la abrazó y la besó.

—Que tu esposo te ame y te dé muchos hijos —susurró contra su cabello. Tamar se aferró a ella con fuerza, apretándose contra su cuerpo, impregnándose del calor y de la suavidad de su madre por última vez—. Es hora —le dijo su madre en voz baja y Tamar retrocedió. Su madre le tocó la mejilla antes de apartarse de ella.

Tamar salió al sol de la mañana. Acsa caminó junto a ella mientras se acercaba a su padre y a Judá, quienes estaban a cierta distancia. La noche anterior había llorado hasta que se le acabaron las lágrimas. No derramaría más lágrimas infantiles, aunque le costaba no hacerlo con Acsa llorando suavemente detrás de ella.

—Tal vez todo lo que hemos escuchado no sea verdad —dijo Acsa—. Quizás Er no sea tan malo como dicen algunos.

—¿Qué importa eso ahora?

—Debes tratar de lograr que te quiera, Tamar. Un hombre enamorado es como arcilla en manos de una mujer. ¡Que los dioses se apiaden de nosotras!

—¡Apiádate de mí y mantente callada!

Cuando llegó donde estaban los hombres, su padre la besó.

—Sé fructífera y multiplica la familia de Judá. —Estaba impaciente por que se fueran.

Judá caminaba adelante, y Tamar y Acsa lo seguían. Era un hombre alto y de pasos largos, y Tamar tenía que caminar rápido para seguirle el paso. Acsa iba quejándose en voz baja, pero Tamar no le prestaba atención. Más bien se concentró en lo que tenía por delante. Trabajaría mucho. Sería una buena esposa. Haría todo lo posible por honrar a su esposo. Sabía cultivar un huerto, cuidar un rebaño, cocinar, tejer y hacer piezas de alfarería. Sabía leer y escribir lo suficiente para poder llevar listas y registros de los bienes de una casa. Sabía conservar los alimentos y el agua en las malas épocas, y cómo ser generosa cuando llegaban las buenas épocas. Sabía hacer jabón, canastas, tela y herramientas, así como organizar a los sirvientes. Pero los hijos serían la mayor bendición que podría darle a su esposo, hijos para acrecentar el hogar.

Fue el segundo hijo de Judá, Onán, quien salió a saludarlos.

—Er se ha marchado —le dijo a su padre mientras miraba fijamente a la muchacha.

Judá golpeó la punta de su bastón contra el suelo.

—¿Adónde se ha marchado?

Onán se encogió de hombros.

—Se fue con sus amigos. Se enojó cuando supo que te habías ido. Yo me aparté de su camino. Sabes cómo se pone.

¡Bet-súa! —Judá caminó a trancos hacia su casa de piedra.

Una mujer exuberante, con los ojos fuertemente maquillados, apareció en la puerta.

—¿Por qué estás gritando ahora?

—¿Le dijiste a Er que hoy traería a su esposa a la casa?

—Se lo dije. —Se apoyó indolentemente en la entrada.

—Entonces, ¿dónde está?

Ella alzó el mentón.

—Soy su madre, Judá, no su cuidadora. Er aparecerá cuando esté listo y no antes. Ya sabes cómo es.

El rostro de Judá se ensombreció.

—Sí, sé cómo es. —Apretó tan fuerte su bastón que los nudillos se le pusieron blancos—. ¡Por esa razón necesita una esposa!

—Eso puede ser, Judá, pero dijiste que la muchacha era bonita. —Le dio una mirada superficial a Tamar—. ¿De verdad crees que esta chica delgadita captará la atención de Er?

—Tamar es más de lo que parece. Muéstrale la recámara de Er. —Judá se apartó, dejando a Tamar y Acsa paradas frente a la casa.

Con los dientes apretados, Bet-súa inspeccionó a Tamar de la cabeza a los pies. Sacudió la cabeza disgustada.

—Me pregunto en qué estaba pensando Judá cuando te escogió. —Se dio vuelta, entró en la casa, y dejó a Tamar y a Acsa para que se las arreglaran solas.

***

Er regresó casi de noche, acompañado por varios amigos cananeos. Estaban borrachos y se reían fuertemente. Tamar permaneció fuera de su vista, sabiendo cómo eran los hombres en ese estado. Su padre y sus hermanos solían beber sin límites y, por ese motivo, discutían violentamente. Ella sabía que era prudente evitarlos hasta que desaparecieran los efectos del vino.

Sabiendo que la llamarían, Tamar pidió que Acsa la ataviara con sus galas nupciales. Mientras esperaba, Tamar se decidió a dejar de lado todas las cosas terribles que había escuchado sobre Er. Quizás los que hablaban en contra de él tuvieran intenciones ocultas. Ella le daría el respecto que merecía un esposo y se adaptaría a sus exigencias. Si el Dios de su padre la favorecía, le daría hijos a Er, y lo antes posible. Si recibía semejante bendición, los criaría para que fueran fuertes y honrados. Les enseñaría a ser confiables y fieles. Y si Er lo deseaba, ella aprendería sobre el Dios de Judá y les inculcaría a sus hijos que lo adoraran, en vez de postrarse ante los dioses de su padre. Sin embargo, su corazón se estremecía y sus miedos crecían con cada hora que pasaba.

Cuando Tamar fue finalmente convocada y vio a su esposo, sintió un chispazo de admiración. Er era tan alto como su padre y prometía una gran fuerza física. Tenía la cabellera abundante, oscura y rizada de su madre, y la llevaba hacia atrás como acostumbraban los cananeos. La banda de metal que usaba encima de la frente lo hacía parecer un joven príncipe cananeo. Tamar estaba asombrada por el aspecto espléndido de su esposo, pero rápidamente se llenó de dudas cuando lo miró a los ojos. Eran fríos, oscuros y faltos de clemencia. Su cabeza erguida denotaba orgullo, tenía la boca torcida con una mueca cruel y sus modales eran indiferentes. No se estiró para tomarla de la mano.

—Así que esta es la esposa que elegiste para mí, padre.

Tamar sintió escalofríos al escuchar su tono.

Judá apoyó una mano con firmeza sobre el hombro de su hijo.

—Cuida bien de lo que te pertenece, y que el Dios de Abraham te dé muchos hijos por medio de esta muchacha.

Er estaba de pie, imperturbable, y su rostro era una máscara inescrutable.

Durante toda la noche, los amigos de Er se burlaron vulgarmente del matrimonio. Molestaban sin piedad a Er y, aunque él se reía, Tamar sabía que no estaba divirtiéndose. Su suegro, perdido en sus propios pensamientos, bebía libremente, y Bet-súa  estaba recostada a poca distancia, comiendo los mejores manjares del banquete de bodas, ignorándola. Tamar se sentía dolida, confundida y humillada por semejante grosería. ¿Qué había hecho para ofender a su suegra? Era como si la mujer estuviera decidida a no mostrarle la mínima consideración.

A medida que pasaba la noche, su miedo dio paso a la depresión. Se sentía abandonada y perdida en medio de la reunión. Se había casado con el heredero de la casa de Judá, pero nadie le hablaba, ni siquiera el joven esposo que estaba sentado junto a ella. Las horas pasaban lentamente. Estaba agotada por no haber dormido la noche anterior y por la larga caminata a su nueva casa. Las tensiones del banquete de bodas la estaban dejando aún más exhausta. Se esforzaba por mantener los ojos abiertos. Se esforzaba más aún por evitar que se le llenaran los ojos de lágrimas y por no dejarlas salir.

Er la pellizcó. Tamar dio un grito ahogado y se apartó bruscamente de él. Sintió las mejillas acaloradas cuando se dio cuenta de que, sin querer, se había quedado dormida en su costado. Sus amigos se reían y hacían chistes sobre lo joven que era ella y sobre la inminente noche de bodas. Er se rio con ellos.

—Tu nodriza ha preparado la recámara para nosotros. —Le agarró la mano y la jaló para que se pusiera de pie.

Ni bien Acsa cerró la puerta del cuarto detrás de ellos, Er se apartó de Tamar. Acsa tomó asiento del lado de afuera y comenzó a cantar y a golpear su tamborcito. Tamar sintió un cosquilleo en la piel.

—Lamento haberme quedado dormida, mi señor.

Er no dijo nada. Ella esperó, con sus nervios estirados al máximo. Él disfrutaba de su tensión; exacerbaba sus nervios con su silencio. Cruzando las manos, Tamar decidió esperar que él diera el primer paso. Er se quitó el cinturón con un aire burlón.

—El año pasado, cuando llevamos las ovejas a los campos de tu padre, me fijé en ti. Supongo que por eso mi padre pensó que podías servir como mi esposa. —La recorrió con la mirada—. Él no me conoce muy bien.

No le echó la culpa a Er por sus palabras hirientes. Sentía que él estaba justificado. Después de todo, su corazón no había saltado de alegría cuando Judá llegó y ofreció un precio alto por ella.

—Me tienes miedo, ¿verdad?

Si decía que no, sería una mentira. Decir que sí sería imprudente.

Er levantó las cejas.

—Deberías tener miedo. Estoy furioso, ¿o no te das cuenta?

Claramente, se daba cuenta y no podía imaginar qué haría Er al respecto. Tamar se quedó callada, sumisa. Había visto los arranques de ira de su padre lo suficiente para saber que era mejor no decir nada. Las palabras serían como aceite al fuego del mal genio. Mucho tiempo atrás, su madre le había dicho que los hombres eran impredecibles y dados a episodios violentos cuando se les provocaba. Ella no quería provocar a Er.

—Qué cosita precavida eres, ¿cierto? —Él sonrió lentamente—. Por lo menos, sabes mantenerte alerta. —Se acercó a ella—. Apuesto que has escuchado cosas sobre mí. —Acarició su mejilla con sus dedos. Ella intentó no retraerse—. ¿Tus hermanos han llevado rumores a casa?

Su corazón latía cada vez más fuerte.

—Como dijo mi padre: ahora eres mía. Mi propia ratoncita para hacerte lo que yo desee. Recuérdame que se lo agradezca. —Levantó el mentón de Tamar.

La mirada de Er era reluciente y fría como la de un chacal bajo la luz de la luna. Cuando se inclinó hacia adelante y la besó en la boca, a Tamar se le erizó el cabello de la nuca. Él retrocedió, evaluándola—. Cree esos rumores, ¡cada uno de ellos!

—Trataré de complacerte, esposo mío. —Sus mejillas se acaloraron cuando escuchó el temblor de su voz.

—Ah, no dudo de que lo intentarás, dulce mía, pero no lo lograrás. —Arqueó la boca y dejó al descubierto el filo de sus dientes—. No puedes.

Tamar necesitó solo un día de los siete días que duraba el festejo de la boda para entender lo que le había querido decir.

Descubierta

BUSQUE Y ENCUENTRE

GUIÁNDONOS A CASA

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Retroceda y lea el pasaje bíblico citado en «Preparando la escena», en las páginas 3–5.

  • ¿Qué papel desempeñó Judá en este relato de rivalidad entre hermanos?
  • ¿Qué le dijeron él y sus hermanos a su padre?
  • Basándose en este pasaje, enumere varias razones posibles por las que Judá eligió dejar a su familia «en esos días».
  • ¿Alguna vez se sintió avergonzado por algún acto descuidado que hizo y afectó a otros? ¿Tuvo miedo de que lo descubrieran? ¿Qué decisiones tomó?
  • Judá tenía alternativas. ¿Qué podría haber hecho de otra manera?

Proverbios 28:13 nos dice: «Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia».

Si Judá les hubiera confesado a Dios y a su padre lo que él y sus hermanos hicieron, la historia habría terminado ahí. Pero no lo hizo. En cambio, ¡se casó! Al parecer, Judá tomó el camino de alejarse de la verdad. Prefirió huir y escon-derse en vez de confrontar los problemas reales. Eligió manejar las cosas por su cuenta en lugar de dejar que Dios dirigiera su camino.

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Qué aprendió sobre Judá hasta ahora? ¿Lo considera agresivo o pasivo? ¿Por qué?
  • ¿En qué forma se identifica con Judá?
  • ¿Cómo resuelve usted los celos? ¿Y el conflicto?
  • ¿A quién recurre cuando tiene problemas: a usted mismo, o a sus familiares y amigos? ¿A las pautas con las que se siente cómodo? ¿A Dios?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia.

PROVERBIOS 28:13

Tome un momento para pedirle a Dios que revise su corazón. Quédese en silencio ante Él. Reflexione qué le ofrece aquí.

LOS LAZOS FAMILIARES

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea los siguientes pasajes:

En esos días, Judá dejó su casa y se fue a Adulam, donde se quedó con un hombre llamado Hira. Allí vio a una mujer cananea, la hija de Súa, y se casó con ella. Cuando se acostaron, ella quedó embarazada y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Er. Después volvió a quedar embarazada y dio a luz otro hijo, y le puso por nombre Onán. Además, dio a luz un tercer hijo y lo llamó Sela. Cuando nació Sela, ellos vivían en Quezib.

Con el transcurso del tiempo, Judá arregló que Er, su hijo mayor, se casara con una joven llamada Tamar. Pero Er era un hombre perverso ante los ojos del Señor, y el Señor le quitó la vida. Entonces Judá dijo a Onán, hermano de Er: «Cásate con Tamar, como nuestra ley exige al hermano de un hombre que haya muerto. Tú debes darle un heredero a tu hermano».

Pero Onán no estaba dispuesto a tener un hijo que no fuera su propio heredero. Por eso, cada vez que tenía relaciones sexuales con la mujer de su hermano, derramaba el semen en el suelo. Esto evitaba que ella tuviera un hijo de su hermano. Así que el Señor consideró una maldad que Onán negara un hijo a su hermano muerto, y el Señor también le quitó la vida a Onán.

Entonces, Judá le dijo a Tamar, su nuera: «Vuelve a la casa de tus padres y permanece viuda hasta que mi hijo Sela tenga edad suficiente para casarse contigo». (Pero en realidad, Judá no pensaba hacerlo porque temía que Sela también muriera, igual que sus dos hermanos). Entonces, Tamar regresó a vivir a la casa de sus padres.

GÉNESIS 38:1-11

Los hijos de Noé que salieron de la barca con su padre fueron Sem, Cam y Jafet (Cam es el padre de Canaán). De estos tres hijos de Noé provienen todas las personas que ahora pueblan la tierra.

Después del diluvio, Noé comenzó a cultivar la tierra y plantó un viñedo. Cierto día, bebió del vino que había hecho y se emborrachó, y estaba recostado y desnudo dentro de su carpa. Cam, el padre de Canaán, vio que su padre estaba desnudo y salió a contárselo a sus hermanos. Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo pusieron sobre los hombros y entraron de espaldas a la carpa para cubrir a su padre. Mientras lo hacían, miraban para otro lado a fin de no ver a su padre desnudo.

Cuando Noé despertó de su estupor, se enteró de lo que había hecho Cam, su hijo menor. Entonces maldijo a Canaán, el hijo de Cam:

«¡Maldito sea Canaán!

¡Que sea el más inferior de los siervos para con sus familiares!».

Entonces dijo Noé:

«¡Bendito sea el Señor, Dios de Sem,

y sea Canaán su siervo!

¡Que Dios extienda el territorio de Jafet!

Que Jafet comparta la prosperidad de Sem,

y sea Canaán su siervo».

GÉNESIS 9:18-27

  • Según el segundo pasaje, ¿quién fue el padre de los cananeos?

Abraham envió a su siervo a una tierra lejana para encontrar una esposa para su hijo, Isaac, porque no quería que se casara con una cananea. Esaú le causó disgustos a su padre, Isaac, cuando se casó no con una sino con dos mujeres cananeas. Isaac mandó muy lejos a su hijo Jacob para que consiguiera una esposa que no fuera cananea.

  • ¿Cómo consiguió esposa Judá, el hijo de Jacob?
  • ¿Quién lo ayudó? ¿Quiénes eran el pueblo de ella?
  • El primogénito fue un varón. Judá lo llamó Er. ¿Quién les puso el nombre a Onán y a Sela?
  • ¿Qué clase de hijo fue Er?
  • De acuerdo con el siguiente pasaje, ¿qué cosas odia Dios?

Hay seis cosas que el Señor odia, no, son siete las que detesta: los ojos arrogantes, la lengua mentirosa, las manos que matan al inocente, el corazón que trama el mal, los pies que corren a hacer lo malo, el testigo falso que respira mentiras y el que siembra discordia en una familia.

PROVERBIOS 6:16-19

Antes, leímos que «Er era un hombre perverso». La palabra hebrea aquí tra-ducida como perverso también se usa en muchos otros pasajes bíblicos. En Génesis 13, Sodoma y Gomorra fueron llamadas perversas porque practica-ban la sodomía; en el libro de Ester, Amán es llamado perverso por conspirar para exterminar a los judíos; en Deuteronomio, todo el que llevara al pueblo de Dios a adorar a los dioses falsos era llamado perverso.

  • ¿Qué le hizo Dios a Er?
  • ¿Cuál pudo haber sido el motivo de la muerte de Er?
  • ¿Qué clase de hombre proclama Dios que era Onán?
  • ¿De qué manera disgustó Onán a Dios? ¿Qué le hizo Dios?
  • El hijo que le quedaba a Judá, Sela, tendría que haber sido entregado a Tamar, de acuerdo con las costumbres matrimoniales de la época. ¿Qué razones le dio Judá a Tamar para postergar el matrimonio?
  • ¿Cuál era la verdadera razón?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Judá estaba afligido por el pasado, así como por el presente, y estaba sobrecogido por el miedo al futuro. ¿Qué miedos lo aprisionan a usted?
  • ¿Cómo lidia usted con el miedo?

Er y Onán hicieron lo que quisieron y eso los llevó a la muerte. Según nos dice el libro de Proverbios: «Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte» (Proverbios 14:12). Por el con-trario, Jesús dijo: «Mi propósito es darles una vida plena y abundante» (Juan 10:10).

  • ¿Conoce usted a Aquel que da vida en toda su plenitud y abundancia?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Jesús le contestó: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí». «¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos».

JUAN 14:6; APOCALIPSIS 3:20

  • ¿Aceptará usted Su invitación?

LA NOVIA

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Pero Er era un hombre perverso ante los ojos del Señor, y el Señor le quitó la vida. Entonces Judá dijo a Onán, hermano de Er: «Cásate con Tamar, como nuestra ley exige al hermano de un hombre que haya muerto. Tú debes darle un heredero a tu hermano».

Pero Onán no estaba dispuesto a tener un hijo que no fuera su propio heredero. Por eso, cada vez que tenía relaciones sexuales con la mujer de su hermano, derramaba el semen en el suelo. Esto evitaba que ella tuviera un hijo de su hermano. Así que el Señor consideró una maldad que Onán negara un hijo a su hermano muerto, y el Señor también le quitó la vida a Onán.

Entonces Judá le dijo a Tamar, su nuera: «Vuelve a la casa de tus padres y permanece viuda hasta que mi hijo Sela tenga edad suficiente para casarse contigo». (Pero en realidad, Judá no pensaba hacerlo porque temía que Sela también muriera, igual que sus dos hermanos). Entonces, Tamar regresó a vivir a la casa de sus padres.

Unos años después, murió la esposa de Judá. Cumplido el período de luto, Judá y su amigo Hira el adulamita subieron a Timna para supervisar la esquila de sus ovejas. Alguien le dijo a Tamar: «Mira, tu suegro sube a Timna para esquilar sus ovejas».

Tamar ya sabía que Sela había crecido, pero aún no se había arreglado nada para que ella se casara con él. Así que se quitó la ropa de viuda y se cubrió con un velo para disfrazarse. Luego se sentó junto al camino, a la entrada de la aldea de Enaim, la cual está rumbo a Timna. Judá la vio y creyó que era una prostituta, porque ella tenía el rostro cubierto. Entonces se detuvo y le hizo una propuesta indecente:

—Déjame tener sexo contigo —le dijo, sin darse cuenta de que era su propia nuera.

—¿Cuánto me pagarás por tener sexo contigo? —preguntó Tamar.

—Te enviaré un cabrito de mi rebaño —prometió Judá.

—¿Pero qué me darás como garantía de que enviarás el cabrito? —preguntó ella.

—¿Qué clase de garantía quieres? —respondió él.

Ella contestó:

—Déjame tu sello de identidad junto con tu cordón, y el bastón que llevas.

Entonces Judá se los entregó. Después tuvo relaciones sexuales con ella, y Tamar quedó embarazada. Luego ella regresó a su casa, se quitó el velo y se puso la ropa de viuda como de costumbre.

GÉNESIS 38: 7-19

En la lección anterior aprendimos que Judá escogió casarse con una mucha-cha cananea y prohibida. También eligió una esposa cananea para su hijo. El nombre de esta novia joven era Tamar.

Tamar significa «palmera datilera». Las palmeras datileras eran árboles que tenían un alto valor, no solo por su delicioso fruto, sino también por su belleza majestuosa y por su capacidad para crecer muy bien en el clima desértico. Esta novia adolescente no fue llamada así casualmente.

  • ¿Qué aprendemos sobre Tamar en el pasaje previo?
  • ¿Qué clase de opciones tenía Tamar (si es que tuvo alguna)?
  • Cuando volvió a la casa de su padre, ¿cree usted que tenía la expectativa de volver alguna vez al hogar de Judá? ¿Por qué sí o por qué no?
  • ¿En qué punto cree que Tamar se dio cuenta de que no habría otra boda?

Tamar decidió hacerse cargo de la situación. Tal vez pensó: Judá es viudo y es libre para casarse nuevamente. Seguramente su propia simiente me ase-guraría la promesa que hizo de darme hijos. O, ¡yo tomaré solo lo que me ha prometido!

  • Cuando Tamar puso en marcha sus planes, se cambió la ropa de viuda. ¿Qué hizo al final del pasaje? ¿Qué importancia tiene esto? (Si necesita una pista, tenga en cuenta lo siguiente: ¿Detuvo ella a otros hombres que se dirigían a la esquila? ¿Se quedó con Judá? ¿Siguió comportándose como una prostituta? ¿Hizo alarde de sus actos?)

Esta mujer de acción ahora espera. Espera para ver si Judá aceptará la solu-ción que ella le dio al dilema que tenían. Espera para ver si será ella la que acrecentará la familia de Judá. ¡Espera ver que el Dios de Judá juzgue entre Judá y ella misma!

Lea el siguiente pasaje:

La gente puede considerarse pura según su propia opinión, pero el Señor examina sus intenciones.

PROVERBIOS 16: 2

  • ¿Qué dice Proverbios 16:2 sobre la opinión que se forman las personas sobre sí mismas?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • A estas alturas, Tamar había sido maltratada, usada, abandonada y olvidada. ¿Alguna vez lo han tratado a usted injustamente? ¿Cómo manejó usted las promesas incumplidas?
  • ¿En qué aspectos se identifica con Tamar?
  • ¿Alguna vez se ha adelantado a Dios y ha tratado de arreglar las cosas usted mismo? De haber sido así, ¿cuál fue el resultado?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».

MATEO 11:28-30

Haga una pausa para considerar qué carga está llevando. ¿Hará como hizo Tamar y tratará de manejarla por su cuenta? ¿O dejará que Jesús lleve su aflic-ción, su desilusión, el trato injusto que le han dado y las decepciones? Acepte el «yugo» de Jesús. Permítale que le dé una esperanza y un futuro.

LA REVELACIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Unos tres meses después, le dijeron a Judá:

—Tu nuera Tamar se ha comportado como una prostituta y ahora, como consecuencia, está embarazada.

—¡Sáquenla y quémenla! —ordenó Judá.

Pero cuando la sacaban para matarla, ella envió el siguiente mensaje a su suegro: «El dueño de estas cosas fue quien me dejó embarazada. Fíjese bien. ¿De quién son este sello, este cordón y este bastón?».

Judá los reconoció enseguida y dijo:

—Ella es más justa que yo, porque no arreglé que se casara con mi hijo Sela.

Y Judá nunca más volvió a acostarse con Tamar.

GÉNESIS 38: 24 -26

  • Cuando Judá se enteró de que Tamar estaba embarazada, ¿cuál fue su reacción? ¿Fue una proclama privada o una pública?
  • Judá pudo haber pensado: ¡Esto me librará de la promesa que le hice
  • de entregarle a Sela! También podría haber pensado: ¿Quién me culpará por deshacerme de Tamar? ¿Cuál fue la respuesta de Tamar a la pena de muerte que exigía su suegro?
  • ¿Por qué piensa usted que Tamar le respondió con una pregunta, en lugar de hacer un anuncio? ¿Qué revela esto acerca de su carácter?
  • Ahora, Judá tenía enfrente una decisión por tomar. Podía huir y esconderse una vez más, ignorando la verdad, o, finalmente, podía hacer lo correcto. De acuerdo con el pasaje que acabamos de leer, ¿cuál fue la reacción de Judá?
  • ¿Qué revela la respuesta de Judá sobre su carácter?

Lea el siguiente pasaje:

Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia.

PROVERBIOS 28:13

El corazón que se haya confesado y haya abandonado el pecado será decla-rado justo por Dios por medio de Cristo Jesús. Tamar y Judá hallaron el per-dón de Dios y lo vieron obrar Sus buenos propósitos a través de sus vidas. Solo Dios puede producir una bendición del desastre, del engaño y de la ­desilusión. Solo Dios conoce el corazón de la persona.

Lea los siguientes pasajes:

Cuando llegó el tiempo de que Tamar diera a luz, se descubrió que esperaba gemelos. Durante el parto, uno de los niños sacó la mano, entonces la partera le ató un hilo rojo en la muñeca y anunció: «Este salió primero». Pero luego el niño metió la mano de vuelta, ¡y salió primero su hermano! Entonces la partera exclamó: «¡Vaya! ¿Cómo hiciste para abrirte brecha y salir primero?». Y lo llamaron Fares. Luego nació el niño que llevaba el hilo rojo en la muñeca, y lo llamaron Zera.

GÉNESIS 38: 27-30

«Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza».

JEREMÍAS 29:11

Judá fue el padre de Fares y de Zera (la madre fue Tamar). Fares fue el padre de Hezrón. Hezrón fue el padre de Ram.

MATEO 1:3

  • Tamar había esperado un hijo. ¿Qué hizo Dios por ella?
  • Judá había esperado un heredero. ¿Qué hizo Dios por él?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Alguna vez lo han confrontado en privado por algo errado que hizo o que dijo? De ser así, ¿cómo lo hizo sentirse?
  • ¿Alguna vez fue reprendido, humillado o corregido en público? ¿Cómo reaccionó?
  • Cuando Tamar fue confrontada en público, expuso la verdad (como ella la conocía). Cuando Judá fue confrontado con la verdad, se arrepintió. Había huido de su familia y de su fe. Dios usó las consecuencias de sus decisiones para traer arrepentimiento y restauración. De acuerdo con su experiencia de ser confrontado por algo malo que hizo, ¿cuáles fueron las consecuencias? Si tuviera que volver a hacerlo, ¿de qué otra manera reaccionaría?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.

HEBREOS 10:22

Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.

EFESIOS 2:8-9

  • ¿Cómo está atrayéndolo Dios?

ÉPOCAS DE CAMBIO

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

En nuestro breve estudio, hemos visto cómo las circunstancias brindan las decisiones que podemos tomar en la vida. Estas decisiones pueden llevarnos a la destrucción y al desengaño o a la restauración y a una vida productiva. Repasando, relea el pasaje bíblico de «Preparando la escena» en las páginas 3–5. ¿Qué clase de hombre era Judá en ese momento?

El pasaje a continuación es extenso, pero es importante para saber el final de la historia de Judá. Tuvo lugar muchos años después del incidente con Tamar, cuando Judá y sus hermanos se presentaron ante su hermano perdido hacía tanto tiempo. José había llegado a un puesto de gran autoridad en Egipto. Él reconoció a sus hermanos malvados y decidió ponerlos a prueba para ver si habían cambiado. Los hermanos no sabían que el hombre que ­ejercía el poder de la vida o la muerte para ellos era, de hecho, José.

Cuando los hermanos estuvieron listos para marcharse, José dio las siguientes instrucciones al administrador del palacio: «Llena sus costales con todo el grano que puedan llevar y pon el dinero de cada uno nuevamente en su costal. Luego pon mi copa personal de plata en la abertura del costal del menor de los hermanos, junto con el dinero de su grano». Y el administrador hizo tal como José le indicó.

Los hermanos se levantaron al amanecer y emprendieron el viaje con sus burros cargados. Cuando habían recorrido solo una corta distancia y apenas habían llegado a las afueras de la ciudad, José le dijo al administrador del palacio: «Sal tras ellos y detenlos; y cuando los alcances, pregúntales: “¿Por qué han pagado mi bondad con semejante malicia? ¿Por qué han robado la copa de plata de mi amo, la que usa para predecir el futuro? ¡Qué maldad tan grande han cometido!”».

Cuando el administrador del palacio alcanzó a los hombres, les habló tal como José le había indicado.

—¿De qué habla usted? —respondieron los hermanos—. Nosotros somos sus siervos y nunca haríamos semejante cosa. ¿Acaso no devolvimos el dinero que encontramos en nuestros costales? Lo trajimos de vuelta desde la tierra de Canaán. ¿Por qué robaríamos oro o plata de la casa de su amo? Si usted encuentra la copa en poder de uno de nosotros, que muera el hombre que la tenga. Y el resto de nosotros, mi señor, seremos sus esclavos.

—Eso es justo —respondió el hombre—, pero solo el hombre que haya robado la copa será mi esclavo. Los demás quedarán libres.

Ellos bajaron rápidamente sus costales de los lomos de sus burros y los abrieron. El administrador del palacio revisó los costales de cada uno de los hermanos, desde el mayor hasta el menor, ¡y encontró la copa en el costal de Benjamín! Al ver eso, los hermanos se rasgaron la ropa en señal de desesperación. Luego volvieron a cargar sus burros y regresaron a la ciudad.

José todavía estaba en su palacio cuando Judá y sus hermanos llegaron. Entonces se postraron en el suelo delante de él.

—¿Qué han hecho ustedes? —reclamó José—. ¿No saben que un hombre como yo puede predecir el futuro?

—Oh, mi señor —contestó Judá—, ¿qué podemos responderle? ¿Cómo podemos explicar esto? ¿Cómo podemos probar nuestra inocencia? Dios nos está castigando por nuestros pecados. Mi señor, todos hemos regresado para ser sus esclavos, todos nosotros, y no solo nuestro hermano que tenía la copa en su costal.

—No —dijo José—. ¡Yo jamás haría algo así! Solo el hombre que robó la copa será mi esclavo. Los demás pueden volver en paz a la casa de su padre.

Entonces Judá dio un paso adelante y dijo:

—Por favor, mi señor, permita que su siervo le hable tan solo unas palabras. Le ruego que no se enoje conmigo, a pesar de ser usted tan poderoso como el faraón mismo.

»Mi señor, anteriormente nos preguntó a nosotros, sus siervos: “¿Tienen un padre o un hermano?”. Y nosotros respondimos: “Sí, mi señor, tenemos un padre que ya es anciano, y su hijo menor le nació en la vejez. Su hermano de padre y madre murió y él es el único hijo que queda de su madre, y su padre lo ama mucho”.

»Usted nos dijo: “Tráiganlo aquí para que lo vea con mis propios ojos”. Pero nosotros le dijimos a usted: “Mi señor, el muchacho no puede dejar a su padre, porque su padre moriría”. Pero usted nos dijo: “A menos que su hermano menor venga con ustedes, nunca más volverán a ver mi rostro”.

»Entonces regresamos a la casa de su siervo, nuestro padre, y le dijimos lo que usted nos había dicho. Tiempo después, cuando él nos dijo que regresáramos a comprar más alimento, le respondimos: “No podemos ir a menos que permitas que nuestro hermano menor nos acompañe. Nunca llegaremos a ver el rostro del hombre a menos que nuestro hermano menor esté con nosotros”.

»Entonces mi padre nos dijo: “Como ya saben, mi esposa tuvo dos hijos, y uno de ellos se fue y nunca más regresó. Sin duda, fue despedazado por algún animal salvaje, y no he vuelto a verlo. Si ahora alejan de mí a su hermano y él sufre algún daño, ustedes mandarán a la tumba a este hombre entristecido y canoso”.

»Y ahora, mi señor, no puedo regresar a la casa de mi padre sin el muchacho. La vida de nuestro padre está ligada a la vida del muchacho. Si nuestro padre ve que el muchacho no está con nosotros, morirá. Nosotros, sus siervos, ciertamente seremos responsables de haber enviado a la tumba a ese hombre entristecido y canoso. Mi señor, yo le garanticé a mi padre que me haría cargo del muchacho. Le dije que, si no lo llevaba de regreso, yo cargaría con la culpa para siempre.

»Por favor, mi señor, permita que yo me quede aquí como esclavo en lugar del muchacho, y deje que el muchacho regrese con sus hermanos. Pues, ¿cómo podré regresar y ver a mi padre si el muchacho no está conmigo? ¡No podría soportar ver la angustia que le provocaría a mi padre!

GÉNESIS 4 4:1-34

  • ¿Qué aprendemos de Judá en este relato?
  • ¿De qué manera había cambiado Judá?

Lea el siguiente pasaje bíblico, que nos cuenta el final de la historia:

José ya no pudo contenerse. Había mucha gente en la sala, y él les dijo a sus asistentes: «¡Salgan todos de aquí!». Así que estuvo a solas con sus hermanos en el momento de decirles quién era. Entonces perdió el control y se echó a llorar. Lloraba con tanta fuerza que los egipcios podían oírlo, y la noticia pronto llegó hasta el palacio del faraón.

«¡Soy José! —dijo a sus hermanos—. ¿Vive mi padre todavía?». ¡Pero sus hermanos se quedaron mudos! Estaban atónitos al darse cuenta de que tenían a José frente a ellos. «Por favor, acérquense», les dijo. Entonces ellos se acercaron, y él volvió a decirles: «Soy José, su hermano, a quien ustedes vendieron como esclavo en Egipto. Pero no se inquieten ni se enojen con ustedes mismos por haberme vendido. Fue Dios quien me envió a este lugar antes que ustedes, a fin de preservarles la vida. El hambre que ha azotado la tierra estos dos últimos años durará otros cinco años más, y no habrá ni siembra ni siega. Dios me hizo llegar antes que ustedes para salvarles la vida a ustedes y a sus familias, y preservar la vida de muchos más. Por lo tanto, fue Dios quien me envió a este lugar, ¡y no ustedes! Y fue él quien me hizo consejero del faraón, administrador de todo su palacio y gobernador de todo Egipto.

»Ahora, ¡apresúrense! Regresen a donde está mi padre y díganle: “Tu hijo José dice: ‘Dios me ha hecho señor de toda la tierra de Egipto. ¡Así que ven a verme de inmediato! Podrás vivir en la región de Gosén, donde estarás cerca de mí, junto con tus hijos y tus nietos, tus rebaños y tus manadas, y todas tus posesiones. Allí te cuidaré, porque aún quedan cinco años de hambre. De lo contrario, tú, los de tu casa y todos tus animales morirán de hambre’”.

»¡Miren! —agregó José—. Pueden comprobarlo con sus propios ojos, y también puede hacerlo mi hermano Benjamín, ¡que de veras soy José! Díganle a mi padre acerca de la posición de honor que tengo aquí en Egipto. Descríbanle todo lo que han visto y, después, traigan a mi padre aquí lo más pronto posible». Llorando de alegría, José abrazó a Benjamín, y Benjamín hizo lo mismo. Luego José besó a cada uno de sus hermanos y lloró sobre ellos, y después comenzaron a hablar libremente con él.

GÉNESIS 45:1-15

  • Evidentemente, José se conmovió profundamente por el ruego de Judá. ¿Cuál fue la respuesta de José a Judá y al resto de sus hermanos?

Dios había hecho provisión para toda la familia. Le había salvado la vida a José y le había dado un puesto de gran autoridad. Había restaurado a Judá y a sus hermanos.

Vuelva a leer el siguiente pasaje sobre Tamar:

Entonces Judá le dijo a Tamar, su nuera: «Vuelve a la casa de tus padres y permanece viuda hasta que mi hijo Sela tenga edad suficiente para casarse contigo». (Pero en realidad, Judá no pensaba hacerlo porque temía que Sela también muriera, igual que sus dos hermanos). Entonces Tamar regresó a vivir a la casa de sus padres.

GÉNESIS 38:11

  • A esas alturas, ¿qué clase de futuro podía esperar Tamar?

Ahora, lea el siguiente pasaje bíblico, escrito muchos años después:

Y que el Señor te dé descendientes por medio de esta joven que sean como los de nuestro antepasado Fares, el hijo de Tamar y Judá.

RUT 4:12

  • ¿Cómo era recordada Tamar por sus descendientes?

Tamar tenía esperanzas y planes, pero Dios tenía planes más grandes. Le dio hijos gemelos, que se convirtieron en los antepasados de la tribu de Judá. ­Finalmente, el Mesías —el Salvador prometido del mundo— vino de esa tribu.

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Así como Dios obró en la vida de Judá y Tamar, Él obra en nuestra vida hoy en día. ¿De qué maneras está revelándose Dios a usted?
  • A medida que trabajó estas lecciones, ¿qué cambios se dio cuenta que necesita hacer en su vida?
  • ¿Quién es el dueño de su futuro? Según Jeremías 29:11 (vea la página 94), ¿quién está dándole un futuro?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios.

JUAN 3:16-18

¿Está preparado para el futuro? Si no le ha entregado su vida a Jesucristo, puede hacerlo ahora mismo. Lo único que tiene que hacer es decir una sim-ple oración. Confiese que usted es un pecador y que desea cambiar, e invite a Jesucristo a que entre en su corazón como su Señor y Salvador. Cuando le pertenece a Jesús, puede tener la seguridad de un futuro eterno y de espe-ranza para el presente.

¡Elija la vida!

BENDICIONES Y CANCIONES

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Como ya hemos visto, la historia de Tamar no termina con el nacimiento de sus hijos gemelos. Podemos rastrear a Judá y a Tamar a lo largo de la Biblia. Los siguientes pasajes son algunos ejemplos del futuro que Dios tenía preparado para ellos:

«¡Soy José! —dijo a sus hermanos—. ¿Vive mi padre todavía?». ¡Pero sus hermanos se quedaron mudos! Estaban atónitos al darse cuenta de que tenían a José frente a ellos. «Por favor, acérquense», les dijo. Entonces ellos se acercaron, y él volvió a decirles: «Soy José, su hermano, a quien ustedes vendieron como esclavo en Egipto. Pero no se inquieten ni se enojen con ustedes mismos por haberme vendido. Fue Dios quien me envió a este lugar antes que ustedes, a fin de preservarles la vida. El hambre que ha azotado la tierra estos dos últimos años durará otros cinco años más, y no habrá ni siembra ni siega. Dios me hizo llegar antes que ustedes para salvarles la vida a ustedes y a sus familias, y preservar la vida de muchos más. Por lo tanto, fue Dios quien me envió a este lugar, ¡y no ustedes! Y fue él quien me hizo consejero del faraón, administrador de todo su palacio y gobernador de todo Egipto.

»Ahora, ¡apresúrense! Regresen a donde está mi padre y díganle: “Tu hijo José dice: ‘Dios me ha hecho señor de toda la tierra de Egipto. ¡Así que ven a verme de inmediato! Podrás vivir en la región de Gosén, donde estarás cerca de mí, junto con tus hijos y tus nietos, tus rebaños y tus manadas, y todas tus posesiones’”».

GÉNESIS 45:3-10

  • ¿Cómo se sentía José en cuanto a Judá?
  • En el pasaje que sigue, Judá recibe una bendición de su padre, Jacob (también conocido como Israel). ¿Cuáles son los elementos clave de esta bendición?

«Judá, tus hermanos te alabarán. Agarrarás a tus enemigos por el cuello. Todos tus parientes se inclinarán ante ti. Judá, mi hijo, es un león joven que ha terminado de comerse a su presa. Se agazapa como un león y se tiende; como a una leona, ¿quién se atreverá a despertarlo? El cetro no se apartará de Judá, ni la vara de mando de sus descendientes, hasta que venga aquel a quien le pertenece, aquel a quien todas las naciones honrarán. Él ata su potro a una vid, la cría de su burro a una vid escogida. Lava sus ropas en vino, sus vestidos, con el jugo de las uvas. Sus ojos son más oscuros que el vino, y sus dientes, más blancos que la leche».

GÉNESIS 49:8-12

  • Lea el siguiente pasaje. ¿En qué se diferenció la bendición de Moisés de la bendición de Jacob?

Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Judá: «Oh, Señor, oye el clamor de Judá y reúnelo como un solo pueblo. Dale fuerzas para defender su causa, ayúdalo contra sus enemigos».

DEUTERONOMIO 33: 7

  • En el siguiente pasaje, ¿quién elige a Judá?

Entonces el Señor se levantó como si despertara de un sueño, como un guerrero que vuelve en sí de una borrachera. Derrotó a sus enemigos en forma aplastante y los mandó a la vergüenza eterna. Pero rechazó a los descendientes de José; no escogió a la tribu de Efraín. En cambio, eligió a la tribu de Judá, y al monte Sion, al cual amaba.

SALMO 78:65-68

Génesis 38 —la historia de Tamar y Judá en la cual se basa Descubierta— puede verse como la celebración del padre y la madre de una tribu. Tamar fue sumamente respetada. Llevó a cabo sus actos con la única intención de tener un hijo para perpetuar la familia. Dios vio su corazón y le dio hijos. Dios tam-bién conocía el corazón de Judá y le brindó una forma de reintegrarse a su familia, así como le dio descendientes para continuar su nombre. Finalmente, Dios usó el linaje de Judá para entregarle el Mesías al mundo. El Mesías suele ser mencionado como el León de Judá. ¡Jesús es el Mesías!

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Hay alguien con quien usted tenga que reparar el daño que le haya hecho, como lo hizo Judá?
  • Como Tamar, todos tenemos esperanzas y sueños para el futuro. ¿Qué clase de cosas espera usted?
  • ¿Cómo quiere que se acuerden de usted?

AGUARDE Y REFLEXIONE

«Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos.

»La lluvia y la nieve descienden de los cielos y quedan en el suelo para regar la tierra. Hacen crecer el grano, y producen semillas para el agricultor y pan para el hambriento. Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe. Ustedes vivirán con gozo y paz. Los montes y las colinas se pondrán a cantar y los árboles de los campos aplaudirán. Donde antes había espinos, crecerán cipreses; donde crecía la ortiga, brotarán mirtos. Estas cosas le darán gran honra al nombre del Señor; serán una señal perpetua de su poder y de su amor».

ISAÍAS 55:8-13

Que la Palabra de Dios siempre produzca el fruto de la obediencia y logre muchas cosas en usted.

Desinhibida

BUSQUE Y ENCUENTRE

LA VISTA

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Luego Josué envió en secreto a dos espías desde el campamento israelita que estaba en la arboleda de Acacias y les dio la siguiente instrucción: «Exploren bien la tierra que está al otro lado del río Jordán, especialmente alrededor de la ciudad de Jericó». Entonces los dos hombres salieron y llegaron a la casa de una prostituta llamada Rahab y pasaron allí la noche.

Pero alguien le avisó al rey de Jericó: «Unos israelitas vinieron aquí esta noche para espiar la tierra». Entonces el rey de Jericó le envió una orden a Rahab: «Saca fuera a los hombres que llegaron a tu casa, porque han venido a espiar todo el territorio».

Rahab, quien había escondido a los dos hombres, respondió: «Es cierto, los hombres pasaron por aquí, pero yo no sabía de dónde venían. Salieron de la ciudad al anochecer, cuando las puertas estaban por cerrar. No sé hacia dónde fueron. Si se apresuran, probablemente los alcancen». (En realidad, la mujer había llevado a los hombres a la azotea de su casa y los había escondido debajo de unas gavillas de lino que había puesto allí). Entonces los hombres del rey buscaron a los espías por todo el camino que lleva a los vados del río Jordán. Y justo después que los hombres del rey se fueron, cerraron la puerta de Jericó.

JOSUÉ 2:1-7

  • Josué mandó en secreto a dos hombres a espiar Jericó. ¿Qué elementos de este pasaje indican que esta misión no era un secreto para los ciudadanos de Jericó?
  • ¿Adónde fueron los espías?
  • ¿Quién es Rahab? ¿Cómo se gana la vida?
  • De acuerdo con este pasaje, ¿cómo veía el rey de Jericó a estos dos «visitantes»?
  • ¿Cómo percibió Rahab a estos visitantes?
  • Compare la reacción del rey y la de Rahab a los visitantes.

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • La mayoría de nosotros nunca tendremos que enfrentar un ejército invasor como le sucedió a Rahab, pero sí afrontaremos situaciones abrumadoras de otros tipos. ¿Qué clase de problemas está enfrentando usted en este momento? ¿Qué opciones tiene?

Lea el siguiente pasaje:

Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla. Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro. Esas personas no deberían esperar nada del Señor; su lealtad está dividida entre Dios y el mundo, y son inestables en todo lo que hacen.

SANTIAGO 1:5-8

  • ¿Qué le dice este pasaje que haga?
  • ¿Qué advertencia encuentra en él?

AGUARDE Y REFLEXIONE

  • ¿De qué manera flaquea cuando tiene que tomar decisiones?

LA FE

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Esa noche, antes de que los espías se durmieran, Rahab subió a la azotea para hablar con ellos. Les dijo:

—Sé que el Señor les ha dado esta tierra. Todos tenemos miedo de ustedes. Cada habitante de esta tierra vive aterrorizado. Pues hemos oído cómo el Señor les abrió un camino en seco para que atravesaran el mar Rojo cuando salieron de Egipto. Y sabemos lo que les hicieron a Sehón y a Og, los dos reyes amorreos al oriente del río Jordán, cuyos pueblos ustedes destruyeron por completo. ¡No es extraño que nuestro corazón esté lleno de temor! A nadie le queda valor para pelear después de oír semejantes cosas. Pues el Señor su Dios es el Dios supremo arriba, en los cielos, y abajo, en la tierra.

»Ahora júrenme por el Señor que serán bondadosos conmigo y con mi familia, ya que les di mi ayuda. Denme una garantía de que, cuando Jericó sea conquistada, salvarán mi vida y también la de mi padre y mi madre, mis hermanos y hermanas y sus familias.

—Te ofrecemos nuestra vida como garantía por la tuya —le prometieron ellos—. Si no nos delatas, cumpliremos nuestra promesa y seremos bondadosos contigo cuando el Señor nos dé la tierra.

JOSUÉ 2:8-14

  • Enumere las razones por las que el corazón del pueblo se había ablandado de miedo y no les quedaba valor.
  • ¿Qué declaración hace Rahab sobre Dios?
  • ¿Qué les pide Rahab a los espías?
  • Rahab les pide a los hombres que le hagan una promesa. ¿En quién se basa esa promesa?
  • ¿Cómo responden los espías?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Qué temores lo tienen prisionero a usted? ¿Por qué?
  • ¿Qué hace cuando tiene miedo?
  • ¿Qué clase de consejo les ha dado a otros que tienen miedo?

El rey David, uno de los descendientes más famosos de Rahab, escribió acerca de Dios: «Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan» (Salmo 23:4).

  • ¿Qué le ofrece Dios a usted?

AGUARDE Y REFLEXIONE

  • ¿Dónde está Dios con respecto a usted en este preciso momento?

EL ESCAPE

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Entonces, dado que la casa de Rahab estaba construida en la muralla de la ciudad, ella los hizo bajar por una cuerda desde la ventana.

—Huyan a la zona montañosa —les dijo—. Escóndanse allí de los hombres que los están buscando por tres días. Luego, cuando ellos hayan vuelto, ustedes podrán seguir su camino.

Antes de partir, los hombres le dijeron:

—Estaremos obligados por el juramento que te hemos hecho solo si sigues las siguientes instrucciones: cuando entremos en esta tierra, tú deberás dejar esta cuerda de color escarlata colgada de la ventana por donde nos hiciste bajar; y todos los miembros de tu familia —tu padre, tu madre, tus hermanos y todos tus parientes— deberán estar aquí, dentro de la casa. Si salen a la calle y los matan, no será nuestra culpa; pero si alguien les pone la mano encima a los que estén dentro de esta casa, nos haremos responsables de su muerte. Sin embargo, si nos delatas, quedaremos totalmente libres de lo que nos ata a este juramento.

—Acepto las condiciones —respondió ella.

Entonces Rahab los despidió y dejó la cuerda escarlata colgando de la ventana.

Los espías subieron a la zona montañosa y se quedaron allí tres días. Los hombres que los perseguían los buscaron por todas partes a lo largo del camino, pero, al final, regresaron sin éxito.

Luego, los dos espías descendieron de la zona montañosa, cruzaron el río Jordán y le informaron a Josué todo lo que les había sucedido: «El Señor nos ha dado el territorio —dijeron—, pues toda la gente de esa tierra nos tiene pavor».

JOSUÉ 2:15-24

  • ¿Dónde estaba ubicada la casa de Rahab?
  • ¿Cómo ayudó a los espías para que escaparan?
  • ¿Qué instrucciones les dio a los espías? ¿Por qué?
  • ¿Qué advertencia y qué condiciones para el rescate le plantearon los espías a Rahab?
  • ¿Cuál fue la respuesta de Rahab?
  • ¿Qué señal debía usar Rahab?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Como Rahab, nosotros tenemos oportunidades de ayudar a otros. Enumere algunas de las formas en que usted ha ayudado a otras personas.
  • ¿Qué consejos ha dado usted?

Jesús dijo: «Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comere-mos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades» (Mateo 6:31-32).

  • ¿Qué enseñanza y qué promesa ofrece Jesús aquí? ¿Cuál es la condición?

AGUARDE Y REFLEXIONE

  • ¿Quién tiene el primer lugar en su vida?

LA ESPERA

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Ahora bien, las puertas de Jericó estaban bien cerradas, porque la gente tenía miedo de los israelitas. A nadie se le permitía entrar ni salir. Pero el Señor le dijo a Josué: «Te he entregado Jericó, a su rey y a todos sus guerreros fuertes. Tú y tus hombres de guerra marcharán alrededor de la ciudad una vez al día durante seis días. Siete sacerdotes caminarán delante del arca; cada uno llevará un cuerno de carnero. El séptimo día, marcharán alrededor de la ciudad siete veces mientras los sacerdotes tocan los cuernos. Cuando oigas a los sacerdotes dar un toque prolongado con los cuernos de carnero, haz que todo el pueblo grite lo más fuerte que pueda. Entonces los muros de la ciudad se derrumbarán, y el pueblo irá directo a atacar la ciudad».

Entonces Josué reunió a los sacerdotes y les dijo: «Tomen el arca del pacto del Señor y asignen a siete sacerdotes para que caminen delante de ella, cada uno con un cuerno de carnero». Después, dio estas órdenes al pueblo: «Marchen alrededor de la ciudad, los hombres armados irán al frente, delante del arca del Señor».

Después de que Josué le habló al pueblo, los siete sacerdotes con los cuernos de carnero comenzaron a marchar en la presencia del Señor sonando los cuernos mientras marchaban, y el arca del pacto del Señor los seguía. Algunos de los hombres armados marchaban delante de los sacerdotes que llevaban los cuernos, y otros iban detrás del arca mientras los sacerdotes seguían sonando los cuernos. «No griten, ni siquiera hablen —ordenó Josué—. Que no salga ni una sola palabra de ninguno de ustedes hasta que yo les diga que griten. ¡Entonces griten!». Así que, ese día, llevaron el arca del Señor alrededor de la ciudad solo una vez, y luego todos regresaron para pasar la noche en el campamento.

Josué se levantó temprano a la mañana siguiente y, una vez más, los sacerdotes cargaron el arca del Señor. Los siete sacerdotes marcharon delante del arca del Señor sonando los cuernos de carnero. Los hombres armados marcharon delante de los sacerdotes que llevaban los cuernos y detrás del arca del Señor. Durante todo ese tiempo, los sacerdotes no dejaron de sonar los cuernos. Ese segundo día, volvieron a marchar alrededor de la ciudad solo una vez y regresaron al campamento. Hicieron lo mismo durante seis días seguidos.

JOSUÉ 6: 1-14

  • ¿Por qué estaba Jericó «bien cerrada»?
  • ¿Qué anuncio le da el Señor a Josué?
  • Enumere las indicaciones que Dios dio para la batalla.
  • ¿Qué instrucciones le da Josué al pueblo?
  • ¿Cómo responden los sacerdotes y el ejército?
  • Rahab y los miembros de su familia también están encerrados dentro de las murallas de Jericó, esperando la batalla inminente. Deben haber estado vigilando desde la muralla. ¿Qué indicios encuentra usted de que nadie sabía cuándo sería el día de la victoria/rescate?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Rahab y los integrantes de su familia estaban encerrados en su casa, dentro de las murallas de Jericó, esperando el rescate prometido. ¿De qué maneras está encerrado usted?
  • ¿En qué clase de espera está usted?

El Salmo 27:14 dice: «Espera con paciencia al Señor; sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia».

  • ¿Qué instrucción se da en este versículo?
  • ¿Qué significa para usted?

AGUARDE Y REFLEXIONE

  • ¿De quién depende usted para recibir fuerzas y valor?

EL RESCATE

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

El séptimo día, los israelitas se levantaron al amanecer y marcharon alrededor de la ciudad como lo habían hecho los días anteriores; pero esta vez, dieron siete vueltas alrededor de la ciudad. En la séptima vuelta, mientras los sacerdotes daban el toque prolongado con los cuernos, Josué les ordenó a los israelitas: «¡Griten, porque el Señor les ha entregado la ciudad! Jericó y todo lo que hay en la ciudad deben ser destruidos por completo como una ofrenda al Señor. Solo se les perdonará la vida a Rahab, la prostituta, y a los que se encuentren en su casa, porque ella protegió a nuestros espías.

»No se queden con ninguna cosa que esté destinada para ser destruida, pues, de lo contrario, ustedes mismos serán destruidos por completo y traerán desgracia al campamento de Israel. Todo lo que esté hecho de plata, de oro, de bronce o de hierro pertenece al Señor y por eso es sagrado, así que colóquenlo en el tesoro del Señor».

Cuando el pueblo oyó el sonido de los cuernos de carnero, gritó con todas sus fuerzas. De repente, los muros de Jericó se derrumbaron, y los israelitas fueron directo al ataque de la ciudad y la tomaron. Con sus espadas, destruyeron por completo todo lo que había en la ciudad, incluidos hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, ovejas, cabras, burros y todo el ganado.

Mientras tanto, Josué les dijo a los espías: «Cumplan su promesa con la prostituta. Vayan a su casa y sáquenla de allí junto con toda su familia».

Entonces los hombres que habían sido espías entraron en la casa y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los demás parientes que estaban con ella. Trasladaron a toda la familia a un lugar seguro, cerca del campamento de Israel.

Luego los israelitas quemaron la ciudad y todo lo que había en ella. Solo conservaron las cosas hechas de plata, de oro, de bronce y de hierro para el tesoro de la casa del Señor. Así que Josué le perdonó la vida a la prostituta Rahab y a los parientes que estaban en su casa, porque ella escondió a los espías que él había enviado a Jericó. Y Rahab vive con los israelitas hasta el día de hoy.

JOSUÉ 6:15-25

  • En la lección anterior aprendimos que el plan era esperar durante seis días. ¿Qué instrucciones nuevas fueron llevadas a cabo en el séptimo día?
  • ¿Qué instrucciones se dieron en cuanto a Rahab?
  • ¿A quiénes envió Josué a rescatar a Rahab y a su familia? ¿Adónde los llevaron?
  • ¿Qué le pasó a la ciudad y a lo que había en ella?
  • ¿Qué objetos se salvaron y por qué?
  • A Rahab y a su familia los salvaron. ¿Cuál es la razón mencionada?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Cuando su mundo se desmorona y las cosas no salen como las planeó, ¿qué hace usted para tratar de recuperar el control?

Dice el Señor: «Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos […]. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos» (Isaías 55:8-9).

  • ¿Qué aprende sobre los caminos y los pensamientos de Dios a partir de estos versículos?
  • Jesús dijo: «Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él» (Juan 3:16-17).
  • ¿Cuál es el plan de Dios para rescatar al mundo?
  • ¿Por qué quiere Dios rescatarlo a usted?

AGUARDE Y REFLEXIONE

  • ¿A quién ha elegido usted para que lo rescate?

EL RESULTADO

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Así que Josué le perdonó la vida a la prostituta Rahab y a los parientes que estaban en su casa, porque ella escondió a los espías que él había enviado a Jericó. Y Rahab vive con los israelitas hasta el día de hoy.

JOSUÉ 6:25

  • De los que fueron rescatados, ¿cuántos llegaron a vivir entre el pueblo de Israel?
  • ¿Qué razón se menciona?

La historia no termina ahí. El relato no nos cuenta qué les sucedió a los miem-bros de la familia de Rahab, pero sí sabemos qué le sucedió a Rahab. Se casó con un israelita llamado Salmón y le dio un hijo. Rahab es considerada una mujer de gran fe y la Biblia habla de ella con alta estima. El siguiente pasaje sobre Rahab fue escrito siglos después de su muerte:

La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver. […] Fue por la fe que Rahab, la prostituta, no fue destruida junto con los habitantes de su ciudad que se negaron a obedecer a Dios. Pues ella había recibido en paz a los espías.

HEBREOS 11:1, 31

  • Basándose en lo que ha aprendido sobre Rahab, ¿de qué manera se aplica a ella esta definición de la fe?
  • ¿Cómo demostró ella su fe?

El apóstol Pablo escribió: «Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Uste-des no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo» (Efesios 2:8-9).

  • De esto, ¿qué más aprende sobre la fe?

El apóstol Pablo también escribió: «Lo hice así para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios» (1 Corintios 2:5).

  • ¿En quién basó su fe Rahab?

Y finalmente, el resultado de la historia de Rahab es el honor que recibió en el primer capítulo del Evangelio de Mateo, donde se le menciona en el linaje de Jesucristo, el Mesías (vea páginas 539–540).

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Su historia tampoco termina aquí. ¿Qué aprendió acerca de sí mismo a partir de este estudio?
  • ¿Qué cambios ha hecho, si es que hizo alguno?
  • ¿Cómo describiría su relación con Dios y por qué?
  • ¿De qué manera elige vivir el resto de su vida?

AGUARDE Y REFLEXIONE

  • ¿En qué aspectos se han convertido en suyos los caminos de Dios?

Decidida

BUSQUE Y ENCUENTRE

DECLARACIONES

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

En los días en que los jueces gobernaban Israel, un hambre severa azotó la tierra. Por eso, un hombre de Belén de Judá dejó su casa y se fue a vivir a la tierra de Moab, junto con su esposa y sus dos hijos. El hombre se llamaba Elimelec, y el nombre de su esposa era Noemí. Sus dos hijos se llamaban Mahlón y Quelión. Eran efrateos de Belén, en la tierra de Judá. Así que cuando llegaron a Moab se establecieron allí.

Tiempo después murió Elimelec, y Noemí quedó sola con sus dos hijos. Ellos se casaron con mujeres moabitas. Uno se casó con una mujer llamada Orfa y el otro con una mujer llamada Rut. Pero unos diez años después murieron tanto Mahlón como Quelión. Entonces, Noemí quedó sola, sin sus dos hijos y sin su esposo.

Estando en Moab, Noemí se enteró de que el Señor había bendecido a su pueblo en Judá al volver a darle buenas cosechas. Entonces Noemí y sus nueras se prepararon para salir de Moab y regresar a su tierra natal. Acompañada por sus dos nueras, partió del lugar donde vivía y tomó el camino que las llevaría de regreso a Judá.

Sin embargo, ya puestas en camino, Noemí les dijo a sus dos nueras:

—Vuelva cada una a la casa de su madre, y que el Señor las recompense por la bondad que mostraron a sus esposos y a mí. Que el Señor las bendiga con la seguridad de un nuevo matrimonio.

Entonces les dio un beso de despedida y todas se echaron a llorar desconsoladas.

—No —le dijeron—, queremos ir contigo a tu pueblo.

Pero Noemí respondió:

—¿Por qué habrían de continuar conmigo? ¿Acaso puedo tener más hijos que crezcan y sean sus esposos? No, hijas mías, regresen a la casa de sus padres, porque ya soy demasiado vieja para volverme a casar. Aunque fuera posible, y me casara esta misma noche y tuviera hijos varones, entonces, ¿qué? ¿Esperarían ustedes hasta que ellos crecieran y se negarían a casarse con algún otro? ¡Por supuesto que no, hijas mías! La situación es mucho más amarga para mí que para ustedes, porque el Señor mismo ha levantado su puño contra mí.

Entonces volvieron a llorar juntas y Orfa se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se aferró con firmeza a Noemí.

—Mira —le dijo Noemí—, tu cuñada regresó a su pueblo y a sus dioses. Tú deberías hacer lo mismo.

Pero Rut respondió:

—No me pidas que te deje y regrese a mi pueblo. A donde tú vayas, yo iré; dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras, allí moriré y allí me enterrarán. ¡Que el Señor me castigue severamente si permito que algo nos separe, aparte de la muerte!

Cuando Noemí vio que Rut estaba decidida a irse con ella, no insistió más.

RUT 1:1-18

  • Hay muchos momentos decisivos en la vida. Enumere todos los momentos decisivos que encuentre en el pasaje anterior.
  • ¿Cuántos de estos hechos fueron consecuencias de las decisiones de Noemí?
  • ¿Cuál es la respuesta de ella a esos acontecimientos?
  • ¿Qué aprendió usted sobre las nueras de Noemí?
  • ¿Qué decisiones tomaron?
  • ¿Con quién se identifica usted?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Qué momentos decisivos ha experimentado en su vida?
  • ¿Quién lo ayudó a superar dichos eventos?
  • ¿Qué clase de consejo recibió?

Noemí y Rut necesitaron sabiduría para tomar sus decisiones. En el siguiente pasaje, compare la sabiduría de este mundo con la sabiduría de Dios:

Si ustedes son sabios y entienden los caminos de Dios, demuéstrenlo viviendo una vida honesta y haciendo buenas acciones con la humildad que proviene de la sabiduría; pero si tienen envidias amargas y ambiciones egoístas en el corazón, no encubran la verdad con jactancias y mentiras. Pues la envidia y el egoísmo no forman parte de la sabiduría que proviene de Dios. Dichas cosas son terrenales, puramente humanas y demoníacas. Pues, donde hay envidias y ambiciones egoístas, también habrá desorden y toda clase de maldad.

Sin embargo, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y del fruto de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera. Y los que procuran la paz sembrarán semillas de paz y recogerán una cosecha de justicia.

SANTIAGO 3:13-18

AGUARDE Y REFLEXIONE

  • Con base en la comparación de sabiduría que hizo sobre el pasaje que acaba de leer, ¿qué clase de sabiduría busca usted? ¿Qué clase de sabiduría imparte a otros?

LAS PROVISIONES

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

De modo que las dos siguieron el viaje. Cuando entraron a Belén, todo el pueblo se conmocionó por causa de su llegada.

—¿De verdad es Noemí? —preguntaban las mujeres.

—No me llamen Noemí —contestó ella—. Más bien, llámenme Mara, porque el Todopoderoso me ha hecho la vida muy amarga. Me fui llena, pero el Señor me ha traído vacía a casa. ¿Por qué llamarme Noemí cuando el Señor me ha hecho sufrir y el Todopoderoso ha enviado semejante tragedia sobre mí?

Así que Noemí regresó de Moab acompañada de su nuera Rut, la joven moabita. Llegaron a Belén a fines de la primavera, al comienzo de la cosecha de la cebada.

RUT 1:19-22

  • Cuando Rut y Noemí llegaron a Belén, ¿cómo fueron recibidas?
  • ¿Cuál es la actitud de Noemí? ¿A quién le echa la culpa de sus desgracias?

Lea el siguiente pasaje:

Había en Belén un hombre rico y muy influyente llamado Booz que era pariente de Elimelec, el esposo de Noemí.

Un día Rut la moabita le dijo a Noemí:

—Déjame ir a los campos de cosecha a ver si alguien en su bondad me permite recoger las espigas de grano dejadas atrás.

Noemí respondió:

—Está bien, hija mía, puedes ir.

Así que Rut salió a recoger espigas detrás de los cosechadores, y resultó que lo hizo en un campo que pertenecía a Booz, el pariente de su suegro, Elimelec.

RUT 2:1-3

  • Describa el plan de Rut para encargarse de su suegra.
  • ¿De quién era el campo en el que ella trabajaba? ¿Quién era él?

Lea el siguiente pasaje:

Booz se acercó a Rut y le dijo:

—Escucha, hija mía. Quédate aquí mismo con nosotros cuando recojas grano; no vayas a ningún otro campo. Sigue muy de cerca a las jóvenes que trabajan en mi campo. Fíjate en qué parcela están cosechando y síguelas. Advertí a los hombres que no te traten mal. Y cuando tengas sed, sírvete del agua que hayan sacado del pozo.

Entonces Rut cayó a sus pies muy agradecida.

—¿Qué he hecho para merecer tanta bondad? —le preguntó—. No soy más que una extranjera.

—Sí, lo sé —respondió Booz—; pero también sé todo lo que has hecho por tu suegra desde la muerte de tu esposo. He oído que dejaste a tu padre y a tu madre, y a tu tierra natal, para vivir aquí entre gente totalmente desconocida. Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte, te recompense abundantemente por lo que hiciste.

—Espero continuar siendo de su agrado, señor —respondió ella—. Usted me consoló al hablarme con tanta bondad, aunque ni siquiera soy una de sus trabajadoras.

RUT 2:8-13

  • ¿Qué le ofreció el hacendado y por qué?
  • ¿Cuál es la respuesta de Rut?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Cuando usted enfrenta las desgracias de la vida o, incluso, las «calamidades» cotidianas, ¿cómo reacciona?
  • ¿A quién le echa la culpa? ¿Por qué?
  • ¿Se identifica con Rut o con Noemí? ¿Por qué?

Lea el siguiente versículo:

Trabajen con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente.

EFESIOS 6:7

  • Rut aceptó las circunstancias que la pusieron en una posición humilde y servil. ¿Qué dice Efesios 6:7 acerca de servir?

AGUARDE Y REFLEXIONE

  • Lea nuevamente Efesios 6:7. ¿Qué clase de siervo es usted?

LA REPUTACIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Mientras estaba allí, llegó Booz de Belén y saludó a los cosechadores:

—¡El Señor sea con ustedes! —les dijo.

—¡El Señor lo bendiga! —respondieron los cosechadores.

Entonces Booz le preguntó a su capataz:

—¿Quién es esa joven que veo allá? ¿De quién es?

Y el capataz le contestó:

—Es la joven moabita que volvió con Noemí. Esta mañana me pidió permiso para recoger grano detrás de los segadores. Desde que llegó no ha dejado de trabajar con esmero, excepto por unos momentos de descanso en el refugio. […]

Después, a la hora de comer, Booz la llamó:

—Ven aquí y sírvete de la comida. Puedes mojar tu pan en el vinagre. De modo que Rut se sentó junto a los cosechadores, y Booz le dio a comer grano tostado. Ella comió todo lo que quiso y hasta le sobró.

Cuando Rut regresó a trabajar, Booz ordenó a sus trabajadores:

—Déjenla recoger espigas aun entre las gavillas, y no se lo impidan. Además, arranquen de las gavillas algunas espigas de cebada y déjenlas caer a propósito. ¡Permítanle recogerlas y no la molesten!

Así que Rut recogió cebada todo el día y cuando la desgranó por la tarde, llenó toda una canasta. Luego la cargó de vuelta al pueblo y la mostró a su suegra. También le dio el grano tostado que le había sobrado de su comida.

—¿Dónde recogiste todo este grano hoy? —preguntó Noemí—. ¿Dónde trabajaste? ¡Que el Señor bendiga al que te ayudó!

Entonces Rut le contó a su suegra acerca del hombre en cuyo campo había trabajado. Le dijo:

—El hombre con quien trabajé hoy se llama Booz.

—¡Que el Señor lo bendiga! —le dijo Noemí a su nuera—. Nos muestra su bondad no solo a nosotras sino también a tu marido que murió. Ese hombre es uno de nuestros parientes más cercanos, uno de los redentores de nuestra familia.

Entonces Rut dijo:

—Es más, Booz me dijo que volviera y me quedara con sus trabajadores hasta que termine la cosecha.

RUT 2:4-7, 14-21

  • En la lección anterior leímos que Booz era «un hombre rico y muy influyente». ¿Qué evidencia encuentra en este pasaje que respalde esa descripción?
  • ¿Qué informe sobre Rut recibió Booz de su capataz?
  • ¿Qué le ofreció Booz a Rut y por qué?
  • ¿Por qué piensa que Booz les dio órdenes específicas a los hombres jóvenes en cuanto a Rut?
  • ¿Cómo reaccionó Noemí a lo que Booz les proveyó?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Qué significa para usted tener buen carácter?
  • Las situaciones difíciles de la vida dejan al descubierto nuestro verdadero carácter. ¿Qué clase de informe podrían llegar a dar de usted?
  • ¿Qué oportunidades ha tenido de animar a personas menos afortunadas que usted? ¿Cómo las trató?

Lea el siguiente pasaje:

Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien? Supónganse que ven a un hermano o a una hermana que no tienen qué comer ni con qué vestirse y uno de ustedes le dice: «Adiós, que tengas un buen día; abrígate mucho y aliméntate bien», pero no le da ni alimento ni ropa. ¿Para qué le sirve?

Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil.

Ahora bien, alguien podría argumentar: «Algunas personas tienen fe; otras, buenas acciones». Pero yo les digo: «¿Cómo me mostrarás tu fe si no haces buenas acciones? Yo les mostraré mi fe con mis buenas acciones».

SANTIAGO 2:14-18

  • De acuerdo con este pasaje, ¿cuán importantes son sus actos con respecto a las personas que tienen necesidades?

AGUARDE Y REFLEXIONE

«Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron. […]

»Y el Rey les dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!” ».

MATEO 25:35-36, 40

  • ¿Qué diría el Rey de usted?

LA COLABORACIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Un día Noemí le dijo a Rut:

—Hija mía, es tiempo de que yo encuentre un hogar permanente para que tengas un porvenir asegurado. Booz es nuestro pariente cercano, y él ha sido muy amable al dejarte recoger grano con las jóvenes. Esta noche estará aventando cebada en el campo de trillar. Mira, haz lo que te digo. Báñate, perfúmate y vístete con tu ropa más linda. Después baja al campo de trillar pero no dejes que Booz te vea hasta que termine de comer y de beber. Fíjate bien dónde se acuesta; después acércate a él, destapa sus pies y acuéstate allí. Entonces él te dirá lo que debes hacer.

—Haré todo lo que me dices —respondió Rut.

Así que esa noche bajó al campo donde se trilla el grano y siguió las instrucciones de su suegra.

Después de que Booz terminó de comer y de beber y estuvo de buen ánimo, se acostó al otro extremo del montón de grano y se durmió. Entonces Rut se acercó sin hacer ruido, le destapó los pies y se acostó. Alrededor de la medianoche, Booz se despertó de pronto y se dio vuelta. Entonces se sorprendió, ¡al encontrar a una mujer acostada a sus pies!

—¿Quién eres? —preguntó.

—Soy Rut, su sierva —contestó ella—. Extienda sobre mí el borde de su manto ya que usted es el redentor de mi familia.

—¡El Señor te bendiga, hija mía! —exclamó Booz—. Muestras aún más lealtad familiar ahora que antes, pues no has ido tras algún hombre más joven, sea rico o pobre. Ahora, hija mía, no te preocupes por nada. Yo haré lo que sea necesario, porque todo el pueblo sabe que eres una mujer virtuosa. Pero aunque es cierto que yo soy uno de los redentores de tu familia, hay un pariente más cercano que yo. Quédate aquí esta noche, y por la mañana hablaré con él. Si está dispuesto a redimirte, muy bien; que se case contigo. Pero si no está dispuesto a hacerlo, entonces, ¡tan cierto como que el Señor vive, yo mismo te redimiré! Ahora acuéstate aquí hasta la mañana.

Entonces Rut se acostó a los pies de Booz hasta la mañana, pero ella se levantó muy temprano, antes de que hubiera suficiente luz para que una persona pudiera reconocer a otra; pues Booz había dicho:

—Nadie debe saber que estuvo una mujer aquí en el campo de trillar.

Luego Booz le dijo:

—Trae tu manto y extiéndelo.

Entonces él midió seis medidas de cebada sobre el manto y lo colocó sobre las espaldas de ella. Después él regresó al pueblo.

Cuando Rut volvió a donde estaba su suegra, Noemí le preguntó:

—¿Qué sucedió, hija mía?

Rut le contó a Noemí todo lo que Booz había hecho por ella y agregó:

—Me dio estas seis medidas de cebada y dijo: “No vuelvas a tu suegra con las manos vacías”.

Entonces Noemí le dijo:

—Ten paciencia, hija mía, hasta que sepamos lo que pasa. El hombre no descansará hasta dejar resuelto el asunto hoy mismo.

RUT 3:1-18

  • Según este pasaje, ¿qué le preocupa a Noemí acerca de Rut?
  • Describa el plan de Noemí.
  • ¿Qué evidencia encuentra de que Rut confió en el consejo de su suegra?
  • ¿Qué le pidió Rut a Booz cuando él descubrió que estaba acostada a sus pies?
  • ¿Cuál fue la respuesta de Booz, y qué reafirmó sobre Rut?
  • ¿Qué información sorprendente le dio Booz a Rut, y qué planeaba hacer al respecto?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Qué preocupaciones tiene usted por sus seres queridos?
  • ¿Qué planes ha tratado de concretar para ellos? ¿Cómo resultaron?
  • ¿Cómo ha manejado las situaciones incómodas con sus seres queridos? ¿Cuál fue la respuesta de ellos?
  • Comparta de qué manera ha cumplido promesas especiales.

AGUARDE Y REFLEXIONE

Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará

cuál camino tomar.

PROVERBIOS 3:5-6

  • ¿Quién dirige su camino?

LAS OBLIGACIONES

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Booz fue a la puerta de la ciudad y allí se sentó. En ese momento, pasó por ese lugar el redentor de la familia que Booz había mencionado, así que lo llamó:

—Amigo, ven, siéntate aquí. Quiero hablar contigo.

Así que se sentaron juntos. Enseguida Booz llamó a diez líderes del pueblo y les pidió que se sentaran allí como testigos. Entonces Booz le dijo al redentor de la familia:

—Tú conoces a Noemí, la que volvió de Moab. Está por vender el terreno que pertenecía a Elimelec, nuestro pariente. Pensé que yo debía hablar contigo para que pudieras redimir la tierra si deseas hacerlo. Si quieres la tierra, entonces cómprala ahora en presencia de estos testigos. Pero si no quieres la tierra, házmelo saber ahora mismo, porque, después de ti, soy el pariente más cercano para redimirla.

El hombre respondió:

—Muy bien, yo la redimo.

Entonces le dijo Booz:

—Por supuesto, al comprar tú la tierra de Noemí, estás obligado a casarte con Rut, la viuda moabita. De esta manera ella podrá tener hijos que lleven el nombre de su esposo y así conservar la tierra para su familia.

—Entonces no puedo redimir la tierra —respondió el pariente redentor— porque esto pondría en peligro mi propia herencia. Redime tú la tierra; yo no lo puedo hacer.

En esos días era costumbre en Israel que cualquiera que transfiriera un derecho de compra se quitara la sandalia y se la entregara a la otra parte. Esto hacía válida la transacción de una manera pública. Entonces el otro redentor de la familia se quitó la sandalia mientras le decía a Booz:

—Compra tú la tierra.

RUT 4:1-8

  • Según este pasaje, ¿adónde va Booz y qué hace?
  • Inicialmente, ¿qué le dice Booz al familiar más cercano? ¿Cuál es la respuesta del pariente?
  • ¿Qué información retiene Booz al principio?
  • ¿Qué excusa pone el pariente para cambiar de parecer?
  • ¿Qué le dice finalmente el pariente a Booz?
  • ¿Cómo se formalizaba una transacción de este tipo?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Cómo hace usted para tomar las decisiones más importantes?
  • ¿De quién recibe apoyo y consejos sabios?
  • ¿Qué excusas pone usted cuando no quiere hacer algo?
  • ¿Cómo diría la verdad en amor? Dé un ejemplo.

AGUARDE Y REFLEXIONE

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

ROMANOS 12:2

  • ¿Ha permitido que Dios lo transforme a usted?

LOS FESTEJOS

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Entonces Booz les dijo a los ancianos y a la gente que estaba alrededor:

—Ustedes son testigos de que hoy le compré a Noemí toda la propiedad de Elimelec, Quelión y Mahlón. Además, junto con la tierra adquirí a Rut, la viuda moabita de Mahlón, para que sea mi esposa. De este modo ella podrá tener un hijo para que el nombre de la familia de su difunto esposo continúe y herede aquí, en su pueblo natal, la propiedad de su familia. Hoy todos ustedes son testigos.

Entonces los ancianos y toda la gente que estaba en la puerta respon­ dieron:

—¡Somos testigos! ¡Que el Señor haga que esta mujer que va a ser parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, de quienes descendió toda la nación de Israel! Que prosperes en Efrata y que seas famoso en Belén. Y que el Señor te dé descendientes por medio de esta joven que sean como los de nuestro antepasado Fares, el hijo de Tamar y Judá.

Así que Booz llevó a Rut a su casa y la hizo su esposa. Cuando se acostó con ella, el Señor permitió que quedara embarazada y diera a luz un hijo. Entonces las mujeres del pueblo le dijeron a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que te ha dado ahora un redentor para tu familia! Que este niño sea famoso en Israel. Que él restaure tu juventud y te cuide en tu vejez. ¡Pues es el hijo de tu nuera que te ama y que te ha tratado mejor que siete hijos!».

Entonces Noemí tomó al niño, lo abrazó contra su pecho y cuidó de él como si fuera su propio hijo. Las vecinas decían: «¡Por fin ahora Noemí tiene nuevamente un hijo!». Y le pusieron por nombre Obed. Él llegó a ser el padre de Isaí y abuelo de David.

Este es el registro genealógico de su antepasado Fares:

Fares fue el padre de Hezrón.
Hezrón fue el padre de Ram.
Ram fue el padre de Aminadab.
Aminadab fue el padre de Naasón.
Naasón fue el padre de Salmón.
Salmón fue el padre de Booz.
Booz fue el padre de Obed.
Obed fue el padre de Isaí.
Isaí fue el padre de David.

RUT 4:9-22

  • Booz está sentado con los ancianos, y el pariente ha rechazado todo derecho a la propiedad de Noemí. ¿Qué les anuncia Booz a los ancianos reunidos?
  • ¿Qué otra declaración amplía con respecto a Rut?
  • Los ancianos responden diciendo: «¡Somos testigos!». ¿Cuál es la bendición que le dan a Booz?
  • Finalmente, Rut y Booz se casan. Cuando tienen un hijo varón, ¿cómo reaccionan las mujeres del pueblo? ¿Cómo bendicen a Noemí?
  • ¿Quién sería el nieto de este bebé?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

Lea el siguiente pasaje:

Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».

MATEO 11:28-30

  • ¿Quién ha ofrecido darnos descanso de las cargas que nos cansan?
  • El yugo se usa para ayudar a los bueyes a compartir una carga. ¿Qué clase de yugo ofrece Jesús?
  • ¿Cuál es el peso de la carga que Jesús nos dará?
  • ¿Cuál es la naturaleza del carácter de Jesús?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Jesús le contestó: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí».

JUAN 14:6

  • ¿Está usted unido a Jesús? Si no es así, ¿qué se lo impide?

Despreocupada

BUSQUE Y ENCUENTRE

LA TENTACIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

En la primavera, cuando los reyes suelen salir a la guerra, David envió a Joab y al ejército israelita para pelear contra los amonitas. Destruyeron al ejército amonita y sitiaron la ciudad de Rabá. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén.

Una tarde, después del descanso de mediodía, David se levantó de la cama y subió a caminar por la azotea del palacio. Mientras miraba hacia la ciudad, vio a una mujer de belleza singular que estaba bañándose. Luego envió a alguien para que averiguara quién era la mujer y le dijeron: «Es Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita».

Así que David envió mensajeros para que la trajeran y cuando llegó al palacio, se acostó con ella. Luego ella regresó a su casa. (Betsabé recién había terminado los ritos de purificación posteriores a su período menstrual). Tiempo después, cuando Betsabé descubrió que estaba embarazada, le envió el siguiente mensaje a David: «Estoy embarazada».

2 SAMUEL 11:1-5

  • Durante la primavera, los reyes marchan a la guerra. ¿Dónde estaba el rey David en esta primavera en particular?
  • ¿Qué hizo David cuando no podía conciliar el sueño?
  • ¿Qué averiguó David sobre «la mujer» a la que estaba mirando? Mencione todo lo que sabía antes de ordenar que la trajeran.
  • David todavía tenía tiempo para cambiar el curso de los acontecimientos. Sin embargo, ¿qué rumbo eligió?
  • De estos mismos versículos, mencione lo que aprendió acerca de «la mujer».
  • A pesar de lo poco que se nos dice sobre la mujer, ¿la describiría como una seductora, una víctima o algo intermedio entre ambas? ¿Por qué?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

Lea el siguiente pasaje:

Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.

SANTIAGO 1:13-15

  • ¿Qué cosas lo tientan a usted y hacia dónde lo llevan?

Lea el siguiente versículo:

Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.

1 CORINTIOS 10:13

  • ¿Qué dice Dios sobre la tentación y qué nos ofrece como solución?
  • Vuelva a leer 2 Samuel 11:1-5. Enumere las vías de escape que evidente­ mente David ignoró. Haga lo mismo con respecto a la mujer.
  • Piense en las ocasiones en que usted ha sido tentado. ¿Cómo reaccionó y qué patrón de conducta ve?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Vuelva a 1 Corintios 10:13. ¿Busca usted vías de escape?

EL ENCUBRIMIENTO

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Entonces David envió un mensaje a Joab: «Mándame a Urías el hitita». Así que Joab se lo envió. Cuando Urías llegó, David le preguntó cómo estaban Joab y el ejército, y cómo marchaba la guerra. Después le dijo a Urías: «Ve a tu casa a descansar». David incluso le envió un regalo a Urías apenas este dejó el palacio. Pero Urías no fue a su casa, sino que durmió esa noche a la entrada del palacio con la guardia real.

Al enterarse David de que Urías no había ido a su casa, lo mandó llamar y le preguntó:

—¿Qué pasa? ¿Por qué no fuiste anoche a tu casa después de haber estado fuera por tanto tiempo?

Urías le contestó:

—El arca y el ejército de Israel y el de Judá están viviendo en carpas, y Joab y los hombres de mi señor están acampando a cielo abierto. ¿Cómo podría yo ir a casa para beber, comer y dormir con mi esposa? Juro que jamás haría semejante cosa.

—Está bien, quédate hoy aquí —le dijo David— y mañana puedes regresar al ejército.

Así que Urías se quedó en Jerusalén ese día y el siguiente. David lo invitó a cenar y lo emborrachó. Pero aun así no logró que Urías se fuera a la casa con su esposa, sino que nuevamente se quedó a dormir a la entrada del palacio con la guardia real.

Entonces, a la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab y se la dio a Urías para que se la entregara. La carta le daba las siguientes instrucciones a Joab: «Pon a Urías en las líneas del frente, donde la batalla sea más violenta. Luego retrocedan, para que lo maten». Así que Joab asignó a Urías a un lugar cerca de la muralla de la ciudad donde sabía que peleaban los hombres más fuertes del enemigo. Y cuando los soldados enemigos salieron de la ciudad para pelear, Urías el hitita murió junto con varios soldados israelitas.

Luego Joab envió a David un informe de la batalla. Le dijo a su mensajero: «Informa al rey todas las novedades de la batalla. Pero tal vez se enoje y pregunte: “¿Por qué las tropas se acercaron tanto a la ciudad? ¿Acaso no sabían que dis­ pararían desde la muralla? ¿No fue Abimelec, hijo de Gedeón, muerto en Tebes por una mujer que le tiró una piedra de molino desde la muralla? ¿Por qué se acercaron tanto a la muralla?”. Entonces dile: “Murió también Urías el hitita”».

Por lo tanto, el mensajero fue a Jerusalén y le dio un informe completo a David.

—El enemigo salió contra nosotros a campo abierto —le dijo—, y cuando los perseguíamos hasta las puertas de la ciudad, los arqueros que estaban en la muralla nos dispararon flechas. Mataron a algunos hombres del rey, entre ellos a Urías el hitita.

—Bien, dile a Joab que no se desanime —dijo David—. ¡La espada devora a este hoy y a aquel mañana! La próxima vez esfuércense más, ¡y conquistarán la ciudad!

Cuando la esposa de Urías se enteró de que su marido había muerto, hizo duelo por él. Una vez cumplido el período de luto, David mandó que la trajeran al palacio, y pasó a ser una de sus esposas. Luego ella dio a luz un hijo. Pero el Señor estaba disgustado con lo que David había hecho.

2 SAMUEL 11:6-27

  • Betsabé envió un mensaje al rey informándole acerca de su embarazo. ¿Cómo reaccionó el rey David? ¿Qué instrucciones le dio a Urías?
  • ¿Qué motivaba el comportamiento de Urías?
  • David le escribe una carta a Joab. En sus propias palabras, describa el nuevo plan y la actitud de David.
  • ¿Cómo reaccionó Betsabé ante la muerte de su esposo? ¿Qué puede deducirse de su reacción?
  • ¿Qué ocurrió con Betsabé una vez que terminó su tiempo de duelo?
  • Contraste las actitudes y las acciones de David, Urías y Betsabé.

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

Betsabé eligió depender de David para que se hiciera cargo del «problema». David eligió manejar las cosas por su cuenta. Y Urías se convirtió en el chivo expiatorio.

  • Cuando usted toma malas decisiones, ¿qué patrón de comportamiento adopta?
  • ¿En qué forma ha ayudado a encubrir las faltas de otros?
  • ¿Qué impacto han tenido sus decisiones sobre otras personas?
  • ¿Qué impacto han tenido las decisiones de otras personas en usted?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte.

PROVERBIOS 14:12

  • ¿En qué dirección va usted?

LA CONFESIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Por lo tanto, el Señor envió al profeta Natán para que le contara a David la siguiente historia:

—Había dos hombres en cierta ciudad; uno era rico y el otro, pobre. El hombre rico poseía muchas ovejas, y ganado en cantidad. El pobre no tenía nada, solo una pequeña oveja que había comprado. Él crio esa ovejita, la cual creció junto con sus hijos. La ovejita comía del mismo plato del dueño y bebía de su vaso, y él la acunaba como a una hija. Cierto día llegó una visita a la casa del hombre rico. Pero en lugar de matar un animal de su propio rebaño o de su propia manada, tomó la ovejita del hombre pobre, la mató y la preparó para su invitado.

Entonces David se puso furioso.

—¡Tan cierto como que el Señor vive —juró—, cualquier hombre que haga semejante cosa merece la muerte! Debe reparar el daño dándole al hombre pobre cuatro ovejas por la que le robó y por no haber tenido compasión.

Entonces Natán le dijo a David:

—¡Tú eres ese hombre! El Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te ungí rey de Israel y te libré del poder de Saúl. Te di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá. Y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado más, mucho más. ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita con la espada de los amonitas y le robaste a su esposa. De ahora en adelante, tu familia vivirá por la espada porque me has despreciado al tomar a la esposa de Urías para que sea tu mujer”.

»Esto dice el Señor: “Por lo que has hecho, haré que tu propia familia se rebele en tu contra. Ante tus propios ojos, daré tus mujeres a otro hombre, y él se acostará con ellas a la vista de todos. Tú lo hiciste en secreto, pero yo haré que esto suceda abiertamente a la vista de todo Israel”.

Entonces David confesó a Natán:

—He pecado contra el Señor.

2 SAMUEL 12:1-13

  • ¿De qué manera confronta el Señor a David?
  • ¿Qué opinión tiene David sobre el hombre del relato?
  • ¿Por qué piensa que Natán tuvo que decirle a David sin rodeos «¡Tú eres ese hombre!»?
  • Cuando Dios pone al desnudo el pecado de David, ¿qué dice que le ocurrirá a la casa de David y por qué?
  • ¿Qué futuras consecuencias sufrirá la familia de David?
  • ¿Cuál fue la confesión de David?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Recuerde una ocasión en que alguien lo confrontó por sus palabras,
  • sus decisiones o sus actos. ¿Cómo respondió o reaccionó usted, y por qué?
  • ¿Cuánto demora en reconocer el pecado en su vida?
  • ¿Con qué tipo de consecuencias está viviendo a causa de sus propias decisiones equivocadas o de las que tomó alguien cercano a usted?
  • Cuando se enfrenta a su propio pecado, ¿lo esconde, lo maneja a su manera, o lo confiesa?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna.

SALMO 139:23-24

  • ¿Qué necesita confesarle ahora mismo a Dios?

EL PERDÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Entonces David confesó a Natán:

—He pecado contra el Señor.

Natán respondió:

—Sí, pero el Señor te ha perdonado, y no morirás por este pecado. Sin embargo, como has mostrado un total desprecio por la palabra del Señor con lo que hiciste, tu hijo morirá.

Después que Natán regresó a su casa, el Señor le envió una enfermedad mortal al hijo que David tuvo con la esposa de Urías. Así que David le suplicó a Dios que perdonara la vida de su hijo, y no comió, y estuvo toda la noche tirado en el suelo. Entonces los ancianos de su casa le rogaban que se levantara y comiera con ellos, pero él se negó.

Finalmente, al séptimo día, el niño murió. Los consejeros de David tenían temor de decírselo. «No escuchaba razones cuando el niño estaba enfermo —se decían—, ¿qué locura hará cuando le digamos que el niño murió?».

Cuando David vio que susurraban entre sí, se dio cuenta de lo que había pasado.

—¿Murió el niño? —preguntó.

—Sí —le contestaron—, ya murió.

De inmediato David se levantó del suelo, se lavó, se puso lociones y se cambió de ropa. Luego fue al tabernáculo a adorar al Señor y después volvió al palacio donde le sirvieron comida y comió. Sus consejeros estaban asombrados.

—No lo entendemos —le dijeron—. Mientras el niño aún vivía, lloraba y rehusaba comer. Pero ahora que el niño ha muerto, usted terminó el duelo y de nuevo está comiendo.

—Ayuné y lloré —respondió David— mientras el niño vivía porque me dije: “Tal vez el Señor sea compasivo conmigo y permita que el niño viva”. Pero ¿qué motivo tengo para ayunar ahora que ha muerto? ¿Puedo traerlo de nuevo a la vida? Un día yo iré a él, pero él no puede regresar a mí.

2 SAMUEL 12:13-23

  • ¿Qué hace Dios con el pecado de David? ¿Cuáles son las buenas noticias acerca de la vida de David?
  • ¿Qué noticia impactante le da Natán a David?
  • ¿Qué hace David y por cuánto tiempo?
  • ¿Cómo reacciona David cuando muere el niño?
  • ¿Hacia dónde se dirige y qué cosa extraordinaria hace?
  • Los consejeros de David se sintieron desconcertados por la conducta del rey. ¿Qué consuelo y esperanza motivaban a David?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

Lea el siguiente versículo:

Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

1 JUAN 1:9

  • Según este texto bíblico, ¿cuál es la promesa de Dios? ¿Qué condición tiene esa promesa?
  • ¿Ha experimentado usted el perdón? ¿Cómo sabe que ha sido perdonado? ¿Hasta qué punto está dispuesto a perdonar a otros?

Lea el siguiente pasaje:

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable. No nos reprenderá todo el tiempo, ni seguirá enojado para siempre. No nos castiga por todos nuestros pecados; no nos trata con la severidad que merecemos. Pues su amor inagotable hacia los que le temen es tan inmenso como la altura de los cielos sobre la tierra. Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente. El Señor es como un padre con sus hijos, tierno y compasivo con los que le temen. Pues él sabe lo débiles que somos; se acuerda de que somos tan solo polvo.

SALMO 103:8-14

  • Enumere todo lo que le enseña este pasaje de la Biblia sobre el modo en que Dios lidia con usted y con el pecado.

AGUARDE Y REFLEXIONE

Lea el siguiente pasaje:

Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; y porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que da vida los ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte.

ROMANOS 8:1-2

  • ¿A quién le pertenece usted?

LA RESTAURACIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Luego David consoló a Betsabé, su esposa, y se acostó con ella. Entonces ella quedó embarazada y dio a luz un hijo, y David lo llamó Salomón. El Señor amó al niño y mandó decir por medio del profeta Natán que deberían llamarlo Jedidías (que significa «amado del Señor») como el Señor había ordenado.

2 SAMUEL 12:24-25

  • David se confesó ante Dios. David esperó en Dios. David adoró a Dios. David depositó su confianza en Dios respecto al futuro. Estos pasos le permitieron restaurar su relación con Dios. ¿Qué hace ahora David respecto a Betsabé?
  • ¿Qué hizo Dios a favor de Betsabé?
  • ¿Quién le dio el nombre Salomón al bebé?
  • ¿Qué mensaje le envió Dios a Betsabé por medio del profeta Natán?
  • Dios envió a Natán a confrontar a David por su pecado. ¿Con qué propósito fue Natán a ver a Betsabé?
  • A partir del pasaje bíblico anterior, ¿qué evidencia encuentra de que Betsabé también pudo restaurar su relación con Dios?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Qué significa restauración para usted?

Lea el siguiente pasaje:

Amados hermanos, si otro creyente está dominado por algún pecado, ustedes, que son espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo.

GÁLATAS 6:1-2

  • ¿Qué papel tenemos en cuanto a ayudarnos mutuamente a reconciliarnos con Dios?
  • ¿Qué actitud debe tener usted cuando otros necesitan ser restaurados?
  • ¿Está usted buscando restauración? ¿Qué pasos debe dar?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.

EFESIOS 2:8-10

  • ¿Es usted una creación nueva?

BENDICIONES

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Tradicionalmente se recuerda a Betsabé por su adulterio con el rey David y se le menciona como «la esposa de Urías». Pero tengamos presente cómo la recuerda Dios. Lea los siguientes pasajes de la Biblia:

Luego David reinó otros treinta y tres años en Jerusalén. Entre los hijos de David que le nacieron en Jerusalén estaban Samúa, Sobab, Natán y Salomón. La madre de ellos fue Betsabé, hija de Amiel.

1 CRÓNICAS 3:4-5

  • ¿Qué hizo Dios por Betsabé?

Entonces Natán fue a ver a Betsabé, la madre de Salomón, y le preguntó: «¿No te has enterado de que el hijo de Haguit, Adonías, se proclamó rey, y nuestro señor David ni siquiera lo sabe? Si deseas salvar tu vida y la de tu hijo Salomón, sigue mi consejo. Ve ya mismo a ver al rey David y dile: “Mi señor el rey, ¿acaso no me hiciste un juramento cuando me dijiste: ‘Definitivamente tu hijo Salomón será el próximo rey y se sentará en mi trono’? Entonces, ¿por qué Adonías se ha proclamado rey?”. Y mientras tú aún estés hablando con el rey, yo llegaré y confirmaré todo lo que le has dicho».

1 REYES 1:11-14

  • Enumere todo aquello que pone en evidencia el constante cuidado de Dios por Betsabé.

Entonces el rey David respondió: «¡Llamen a Betsabé!». Así que Betsabé volvió a entrar y se quedó de pie delante del rey, y el rey repitió su juramento:

—Tan cierto como que el Señor vive y me ha rescatado de todo peligro, tu hijo Salomón será el próximo rey y se sentará en mi trono este mismo día, tal como te lo juré delante del Señor, Dios de Israel.

Entonces Betsabé se inclinó ante el rey con el rostro en tierra y exclamó:

—¡Que viva por siempre mi señor, el rey David!

1 REYES 1:28-31

  • ¿Qué hizo David para seguir dándole apoyo y consuelo a Betsabé?

Y todos los funcionarios reales han ido a felicitar al rey David y a decirle: «¡Que su Dios aumente la fama de Salomón aún más que la suya, y que engrandezca el reinado de Salomón aún más que el suyo!». Entonces el rey inclinó la cabeza en adoración mientras estaba en su cama y dijo: «Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien el día de hoy ha escogido a un sucesor que se siente en mi trono mientras yo aún vivo para presenciarlo».

1 REYES 1:47-48

  • ¿Cómo mantuvo Dios Su promesa a Betsabé? ¿Cómo respondió David?

La joven: «Salgan a ver al rey Salomón, mujeres jóvenes de Jerusalén. Lleva puesta la corona que su madre le regaló el día de su boda, el día más feliz de su vida».

CANTAR DE LOS CANTARES 3:11

  • ¿Qué otros motivos de alegría tuvo Betsabé?

Isaí fue el padre del rey David. David fue el padre de Salomón (su madre fue Betsabé, la viuda de Urías). […] Jacob fue el padre de José, esposo de María. María dio a luz a Jesús, quien es llamado el Mesías.

MATEO 1:6, 16

  • ¿Cuál fue la bendición suprema que recibió Betsabé?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Cómo cree que será recordado usted?
  • ¿Cómo le gustaría ser recordado?
  • ¿De qué manera ha sido bendecido por Dios?
  • Busque el rastro de la mano misericordiosa de Dios en su vida.

AGUARDE Y REFLEXIONE

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. En esos días, cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme. Sí, me encontrarán —dice el Señor.

JEREMÍAS 29:11-14

  • Jesús lo ha encontrado a usted. ¿Lo ha encontrado usted a Él? Él lo está esperando.

Devota

BUSQUE Y ENCUENTRE

EL CONSENTIMIENTO

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!».

Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir.

—No tengas miedo, María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin!

—¿Pero cómo podrá suceder esto? —le preguntó María al ángel—. Soy virgen.

El ángel le contestó:

—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios. […]

María respondió:

—Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí.

Y el ángel la dejó.

LUCAS 1:26-35, 38

  • Del pasaje anterior, ¿qué aprendemos acerca de María? (por ejemplo: que era de Galilea).
  • Según el saludo de Gabriel, ¿cuál era la actitud de Dios hacia María?
  • ¿Cómo reaccionó María al saludo del ángel?
  • Gabriel tranquilizó a María y procedió a explicarle su misión. Enumere las cosas que le reveló a María sobre sí misma. Y, ¿qué le dice a María acerca del niño?
  • María le recuerda al ángel que ella es virgen y pregunta cómo podrá quedar embarazada. ¿Qué información adicional le da el ángel?
  • ¿Cómo responde María?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

Según el siguiente pasaje de la Escritura, Dios nos habla hoy por medio de Su Palabra escrita.

Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra.

2 TIMOTEO 3:16-17

  • ¿De qué manera es útil para nosotros la Palabra de Dios?
  • María estaba sola y tranquila cuando Dios le habló. Hoy en día, Dios nos habla de maneras discretas y tranquilas, pero ¿estamos disponibles para escuchar? Enumere las cosas que podrían distraernos e impedir que lo escuchemos.
  • Cuando usted escucha la voz de Dios, ¿cómo reacciona?

Lea las palabras de Jesús en el siguiente pasaje de la Escritura:

Los que pertenecen a Dios escuchan con gusto las palabras de Dios, pero ustedes no las escuchan porque no pertenecen a Dios.

JUAN 8:47

  • ¿Qué razón menciona Jesús por la que no escuchamos a Dios?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Pero los que no son espirituales no pueden recibir esas verdades de parte del Espíritu de Dios. Todo les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque solo los que son espirituales pueden entender lo que el Espíritu quiere decir. Los que son espirituales pueden evaluar todas las cosas, pero ellos mismos no pueden ser evaluados por otros. Pues, «¿Quién puede reconocer los pensamientos del Señor? ¿Quién sabe lo suficiente para enseñarle a él?». Pero nosotros entendemos estas cosas porque tenemos la mente de Cristo.

1 CORINTIOS 2:14-16

  • ¿Tiene usted la mente de Cristo?

LA CELEBRACIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

En esos días, Augusto, el emperador de Roma, decretó que se hiciera un censo en todo el Imperio romano. (Este fue el primer censo que se hizo cuando Cirenio era gobernador de Siria). Todos regresaron a los pueblos de sus antepasados a fin de inscribirse para el censo. Como José era descendiente del rey David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia allí desde la aldea de Nazaret de Galilea. Llevó consigo a María, su prometida, quien estaba embarazada.

Mientras estaban allí, llegó el momento para que naciera el bebé. María dio a luz a su primer hijo varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos.

Esa noche había unos pastores en los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas. De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados, pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo —dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor— ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David! Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán a un niño envuelto en tiras de tela, acostado en un pesebre».

De pronto, se unió a ese ángel una inmensa multitud los —los ejércitos celestiales— que alababan a Dios y decían:

«Gloria a Dios en el cielo más alto

y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace».

Cuando los ángeles regresaron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros:

«¡Vayamos a Belén! Veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos anunció».

Fueron de prisa a la aldea y encontraron a María y a José. Y allí estaba el niño, acostado en el pesebre. Después de verlo, los pastores contaron a todos lo que había sucedido y lo que el ángel les había dicho acerca del niño. Todos los que escucharon el relato de los pastores quedaron asombrados, pero María guardaba todas estas cosas en el corazón y pensaba en ellas con frecuencia. Los pastores regresaron a sus rebaños, glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído. Todo sucedió tal como el ángel les había dicho.

LUCAS 2:1-20

  • ¿Por qué estaban viajando María y José a Belén?
  • Cuando estaban en Belén, ¿qué le sucedió a María? ¿Qué detalles se dan?
  • Los ángeles visitaron a los pastores. ¿Qué señales recibieron los pastores acerca del acontecimiento? ¿Cuál fue su respuesta?
  • ¿Cuál fue la reacción de María a la visita de los pastores?
  • Del pasaje anterior, enumere todas las evidencias de celebración.

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Aun los planes mejor trazados suelen salir mal. ¿Cómo lidia usted con los planes interrumpidos?
  • Comparta alguna ocasión en la que haya tenido que «arreglárselas» con sus circunstancias.

Lea el siguiente versículo:

Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del Señor prevalecerá.

PROVERBIOS 19:21

  • ¿Qué aprende de este versículo?
  • María encontró motivos para regocijarse y acontecimientos para atesorar, aun cuando las circunstancias no eran las que hubiera elegido. ¿Qué hace que usted atesore algo en su corazón?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos.

PROVERBIOS 16:9

El Señor dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo loque pasa?

PROVERBIOS 20:24

Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.

SALMO 119:105

  • ¿Tropieza usted con las interrupciones, o las atesora?

LA SUMISIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Unos sabios de Oriente llegaron en busca del bebé recién nacido. Siguiendo a una estrella, llegaron a Belén. Lea el siguiente pasaje sobre su llegada:

Cuando vieron la estrella, ¡se llenaron de alegría! Entraron en la casa y vieron al niño con su madre, María, y se inclinaron y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres de tesoro y le dieron regalos de oro, incienso y mirra.

Cuando llegó el momento de irse, volvieron a su tierra por otro camino, ya que Dios les advirtió en un sueño que no regresaran a Herodes.

Después de que los sabios se fueron, un ángel del Señor se le apareció a José en un sueño. «¡Levántate! Huye a Egipto con el niño y su madre —dijo el ángel—. Quédate allí hasta que yo te diga que regreses, porque Herodes buscará al niño para matarlo».

Esa noche José salió para Egipto con el niño y con María, su madre, y se quedaron allí hasta la muerte de Herodes.[…]

Cuando Herodes murió, un ángel del Señor se le apareció en un sueño a José en Egipto. «¡Levántate! —dijo el ángel—. Lleva al niño y a su madre de regreso a la tierra de Israel, porque ya murieron los que trataban de matar al niño».

Entonces José se levantó y regresó a la tierra de Israel con Jesús y su madre.

MATEO 2:10-15, 19-21

  • Cuando llegan los magos, ¿qué hacen?
  • ¿Qué regalos traen para el niño?
  • Después de que los magos se van, ¿a quién se le aparece el ángel? ¿Y por cuál medio?
  • ¿Cuál es el mensaje del ángel?
  • ¿Qué hace José, y cuándo?
  • Un tiempo después, el ángel volvió a aparecer. ¿Qué hecho provocó esta segunda aparición, y cuál fue el mensaje esta vez?
  • ¿Cómo respondieron José y su esposa, María, en esta oportunidad?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • ¿Cómo maneja usted el reconocimiento y los elogios de la gente que está cerca de usted?
  • ¿Cómo reacciona ante los elogios de personas que no conoce bien?

Lea el siguiente pasaje bíblico:

No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.

FILIPENSES 2:3-4

  • Según los versículos anteriores, ¿cuál debería ser nuestra actitud?
  • Cuando recibió la orden de desarraigarse y mudarse, María cumplió sin reparos y obedeció. ¿Cómo lidia usted con los grandes cambios en su vida?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendi­­ miento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.

PROVERBIOS 3:5-6

  • ¿Confía usted en Dios y en el destino al cual Él pueda estar guiándolo?

LA PREOCUPACIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Cada año, los padres de Jesús iban a Jerusalén para el festival de la Pascua. Cuando Jesús tenía doce años, asistieron al festival como siempre. Una vez terminada la celebración, emprendieron el regreso a Nazaret, pero Jesús se quedó en Jerusalén. Al principio, sus padres no se dieron cuenta, porque creyeron que estaba entre los otros viajeros; pero cuando se hizo de noche y no aparecía, comenzaron a buscarlo entre sus parientes y amigos.

Como no pudieron encontrarlo, regresaron a Jerusalén para buscarlo allí. Tres días después, por fin lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros religiosos, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que oían quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.

Sus padres no sabían qué pensar.

—Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? —le dijo su madre—. Tu padre y yo hemos estado desesperados buscándote por todas partes.

—¿Pero por qué tuvieron que buscarme? —les preguntó—. ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?

Pero ellos no entendieron lo que les quiso decir.

Luego regresó con sus padres a Nazaret, y vivió en obediencia a ellos. Y su madre guardó todas esas cosas en el corazón.

LUCAS 2:41-51

  • ¿Qué evento anual llevó a la familia a Jerusalén?
  • ¿Cuándo se fueron María y José de Jerusalén?
  • ¿De qué cosa no estaban al tanto y por qué?
  • Describa su búsqueda.
  • Luego de encontrar a Jesús, ¿qué le dijo María a su hijo? ¿Qué le dijo su hijo a ella?
  • El relato dice que María y José no entendieron lo que Jesús les dijo. ¿Cuál fue la reacción de María a todo lo que sucedió?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Describa alguna ocasión durante su infancia en la que usted no estaba donde se suponía que debía estar. ¿Cómo se sintió?
  • ¿Cómo reaccionaron sus padres?
  • ¿Cuál fue su respuesta a la reacción de ellos?

Lea el siguiente pasaje:

Dios ha dicho: «Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré». Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda, por tanto, no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?».

HEBREOS 13:5-6

  • Hay todo tipo de miedos. Los niños pueden tenerle miedo a sus padres cuando han sido desobedientes; los padres pueden temer por la seguridad de sus hijos, etcétera. ¿Qué seguridad tiene un hijo de Dios cuando se enfrenta a circunstancias que producen miedo?

AGUARDE Y REFLEXIONE

¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos! Confíen siempre en el Señor, porque el Señor Dios es la Roca eterna.

ISAÍAS 26:3-4

  • ¿Dónde pone usted su confianza?

LOS CONFLICTOS

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Al día siguiente, se celebró una boda en la aldea de Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba presente, y también fueron invitados a la fiesta Jesús y sus discípulos. Durante la celebración, se acabó el vino, entonces la madre de Jesús le dijo:

—Se quedaron sin vino.

—Apreciada mujer, ese no es nuestro problema —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi momento.

Sin embargo, su madre les dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga».

JUAN 2:1-5

  • Según este pasaje, ¿a qué evento estaba asistiendo María? ¿Quién más estaba allí?
  • En la boda, María se dio cuenta de que se había terminado el vino. ¿Qué hizo?
  • ¿Cómo le responde Jesús?
  • ¿Cómo lidia María con la respuesta de su hijo?

Lea acerca de otra ocasión:

Entonces la madre y los hermanos de Jesús vinieron a verlo, pero no pudieron acercarse a él debido a la cantidad de gente. Alguien le dijo a Jesús:

—Tu madre y tus hermanos están parados afuera y quieren verte.

Jesús respondió:

—Mi madre y mis hermanos son todos los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.

LUCAS 8:19-21

  • A partir de este pasaje, ¿qué aprendemos sobre la relación entre María y Jesús?
  • ¿Qué parece estar sucediendo en la relación que tenía ella con su primogénito?

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

  • Describa alguna ocasión en la que haya pasado vergüenza o haya avergonzado a algún integrante de su familia en un evento familiar.
  • ¿Qué le hizo eso a su relación?
  • ¿Cómo hace para ayudar a los familiares que cree que están en el margen de meterse en problemas?

Lea los siguientes pasajes:

Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, solo te engañas a ti mismo. No eres tan importante.

Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no tendrás que compararte con nadie. Pues cada uno es responsable de su propia conducta.

GÁLATAS 6:2-5

No juzguen a los demás, y no serán juzgados. Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes.

MATEO 7:1-2

  • ¿Qué aprendemos sobre las relaciones y la responsabilidad en los versículos anteriores?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan. […]

Es más, sométanse unos a otros por reverencia a Cristo.

EFESIOS 5:15-17, 21

  • En sus relaciones, ¿es usted desconsiderado o considerado?

LA CONFESIÓN

BUSQUE LA VERDAD EN LA PALABRA DE DIOS

Lea el siguiente pasaje:

Estaban de pie junto a la cruz la madre de Jesús, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre al lado del discípulo que él amaba, le dijo: «Apreciada mujer, ahí tienes a tu hijo». Y al discípulo le dijo: «Ahí tienes a tu madre». Y, a partir de entonces, ese discípulo la llevó a vivir a su casa.

JUAN 19:25-27

  • De acuerdo con este pasaje, ¿dónde estaba María? ¿Quién estuvo con ella durante la crucifixión? ¿Quién faltaba?
  • ¿Qué le dice Jesús a María?
  • ¿Cómo hizo provisiones Jesús para ella?

Después de la muerte, la resurrección y la ascensión de Jesús, sus discípulos se reunieron en Jerusalén. Lea el siguiente pasaje:

Después los apóstoles regresaron del monte de los Olivos a Jerusalén, a un kilómetro de distancia. Cuando llegaron, subieron a la habitación de la planta alta de la casa donde se hospedaban.

Estos son los nombres de los que estaban presentes: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago (hijo de Alfeo), Simón (el zelote) y Judas (hijo de Santiago). Todos se reunían y estaban constantemente unidos en oración junto con María la madre de Jesús, varias mujeres más y los hermanos de Jesús.

HECHOS 1:12-14

  • ¿Dónde estaba María y qué estaba haciendo?
  • Además de los discípulos, ¿quién estaba con María esta vez?

Finalmente, María es recordada por su corazón obediente de sierva. En el Evangelio de Lucas, encontramos su cántico:

Oh, cuánto alaba mi alma al Señor.

¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi

Salvador!

Pues se fijó en su humilde sierva,

y de ahora en adelante todas las generaciones me

llamarán bendita.

Pues el Poderoso es santo

y ha hecho grandes cosas por mí.

Él muestra su misericordia de generación en generación

a todos los que le temen.

¡Su brazo poderoso ha hecho cosas tremendas!

Dispersó a los orgullosos y a los altaneros.

A príncipes derrocó de sus tronos

y exaltó a los humildes.

Al hambriento llenó de cosas buenas

y a los ricos despidió con las manos vacías.

Ayudó a su siervo Israel

y no se olvidó de ser misericordioso.

Pues lo prometió a nuestros antepasados,

a Abraham y a sus descendientes para

siempre.

LUCAS 1:46-55

  • Enumere los nombres y los atributos de Dios que encuentra en esta confesión de fe de María.

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

De todos los autores de los evangelios, Juan fue quien mejor conoció a María y, sin embargo, fue el que menos escribió sobre ella. Es en su Evangelio donde leemos las últimas palabras registradas de María: «Hagan lo que él [Jesús] les diga». Dado que María dijo que hiciéramos lo que Jesús nos dice, veamos qué tiene que decir Jesús en los siguientes pasajes:

Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios.

JUAN 3:16 – 18

  • Contraste las opciones que tiene ante usted.
  • ¿Qué le ofrece Jesús?

No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo voy. Y ustedes conocen el camino que lleva adonde voy.

—No, Señor, no lo conocemos —dijo Tomás—. No tenemos ni idea de adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?

Jesús le contestó:

—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí. Si ustedes realmente me conocieran, también sabrían quién es mi Padre. De ahora en adelante, ya lo conocen y lo han visto.

JUAN 14:1-7

  • ¿Cuáles son las instrucciones de Jesús? ¿Cuáles son sus promesas?
  • ¿Quién es el único que nos salva?

AGUARDE Y REFLEXIONE

Lea las siguientes palabras de Jesús:

«¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos. Todos los que salgan vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí vencedor y me senté con mi Padre en su trono.

»Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias».

APOCALIPSIS 3:20-22

  • ¿Ha abierto usted la puerta?
  • Enumere los nombres y los atributos de Dios que encuentra en esta confesión de fe de María.

DESCUBRA LOS CAMINOS QUE DIOS TIENE PARA USTED

De todos los autores de los evangelios, Juan fue quien mejor conoció a María y, sin embargo, fue el que menos escribió sobre ella. Es en su Evangelio donde leemos las últimas palabras registradas de María:

«Hagan lo que él [Jesús] les diga». Dado que María dijo que hiciéramos lo que Jesús nos dice, veamos qué tiene que decir Jesús en los siguientes pasajes:

Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios.

JUAN 3:16 – 18

  • Contraste las opciones que tiene ante usted.
  • ¿Qué le ofrece Jesús?

No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo voy. Y ustedes conocen el camino que lleva adonde voy.

—No, Señor, no lo conocemos —dijo Tomás—. No tenemos ni idea de adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?

Jesús le contestó:

—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí. Si ustedes realmente me conocieran, también sabrían quién es mi Padre. De ahora en adelante, ya lo conocen y lo han visto.

  • ¿Cuáles son las instrucciones de Jesús? ¿Cuáles son sus promesas?
  • ¿Quién es el único que nos salva?

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